Dos personas murieron este viernes por disparos en el campus de la universidad Central Michigan, en el norte de Estados Unidos, informó la casa de estudios, mientras las autoridades buscaban al atacante.
'Dos personas recibieron disparos que les causaron la muerte en Campbell Hall en el campus esta mañana. Los fallecidos no son estudiantes y la policía cree que la situación se desató por un asunto doméstico', dijo la universidad en un comunicado.
Un agente policial de la universidad identificó al presunto autor de los disparos como James Eric Davis, de 19 años de edad y estudiante universitario.
Davis era conocido por sus problemas con la ley. La policía lo llevó a un hospital la noche anterior al tiroteo por un 'tipo de incidente relacionado con las drogas: una sobredosis o una mala reacción a las drogas', informó el portavoz de la policía del campus, Larry Klaus, en una conferencia de prensa.
El campus se mantuvo cerrado, horas después de ocurrido el hecho, pues el sospechoso aún no había sido localizado por las autoridades.
La policía recorría el campus y las áreas circundantes, con helicópteros y oficiales a pie.
Agentes federales de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego fueron enviados a la escena en la ciudad de Mount Pleasant, en Michigan, para ayudar a la policía local.
El tiroteo ocurre en medio de un renovado debate en Estados Unidos sobre la violencia con armas de fuego y el papel de las fuerzas del orden en detener a los posibles atacantes, iniciado después de que 17 personas murieran por disparos en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas, en Florida.
Encerrados en las aulas
Nikolas Cruz, el responsable del tiroteo en Florida, tenía antecedentes penales por enfrentamientos con las fuerzas del orden, que se han visto salpicadas por no haber evitado la tragedia a pesar de haber recibido múltiples advertencias.
Aún no está claro qué tipo de arma se usó en el crimen de Michigan o cómo se adquirió. Las normas estatales permiten portar armas con permiso, mientras que la Universidad Central de Michigan las prohíbe en todo el campus.
La reacción al tiroteo fue rápida el viernes por la mañana, con múltiples advertencias en las redes sociales pocos minutos después del incidente a las 13H30 GMT, en las que se pedía a los estudiantes y al personal de la universidad que se quedaran donde estuviesen.
Horas después, estudiantes y trabajadores seguían encerrados en aulas y dormitorios. Las clases se cancelaron y a las personas ajenas al centro se les pidió que se mantuvieran alejados de la zona, muchos de ellos padres que iban a buscar a sus hijos, ya que en un día el campus cerraba por el comienzo de las fiestas de primavera.
'La universidad está tomando todas las precauciones. La prioridad número ahora mismo es la seguridad', afirmó el portavoz del centro, Sherry Knight.
Este último hecho se suma a la larga lista de tiroteos que se han producido en establecimientos educativos en Estados Unidos, como el de Newtown, en el que murieron 26 personas de una escuela primaria en 2012, o el de Virginia Tech, en el campus de una universidad del este del país, que provocó 32 muertos en 2007.