Cada día más de mil camiones cisterna cargados de agua pasan frente a la pequeña tienda de Nagraj en Bangalore, levantando una polvareda de camino a las casas y oficinas de la capital india de la alta tecnología.
En este 'Silicon Valley' del sur de India, que conoció en un cuarto de siglo una explosión demográfica, los nuevos edificios de viviendas crecen como setas y la ciudad no logra suministrar suficiente agua corriente a sus residentes.
Muchos habitantes dependen de los depósitos que se llenan a partir de pozos gigantescos. Esta sobreexplotación del subsuelo provoca una preocupante disminución de las capas freáticas y hace temer que Bangalore se convierta en la primera metrópoli india con escasez de ese líquido vital.
'Hay una grave penuria de agua aquí', dice Nagraj, 30 años, quien se trasladó al suburbio de Panathur hace una década y lo vio transformarse con una urbanización desenfrenada.
'En el futuro será difícil. Es imposible imaginar cómo hallarán agua, cómo vivirán. Incluso cavando a 450 metros de profundidad, no hay agua', dice alarmado.