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Los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y 14 países europeos expulsaron de forma coordinada este lunes a unos 107 diplomáticos rusos, varios de ellos acusados de espionaje, como respuesta al ataque químico contra un exagente doble en el Reino Unido.

Se trata de una reacción en bloque al ataque químico contra el exagente Sergueï Skripal y su hija, ocurrido a inicios de marzo en Salisbury, Reino Unido, en un atentado que el gobierno británico atribuye a Rusia.

El gobierno ruso, en tanto, reaccionó con energía y afirmó que la decisión conjunta de expulsar diplomáticos era un 'gesto provocador'.

El paso más enérgico quedó a cargo de la Casa Blanca, que ordenó la expulsión de 60 diplomáticos rusos -incluyendo 12 que trabajan en la representación ante la ONU-, a los que acusó de ser 'oficiales de inteligencia'.

Además, el presidente estadounidense determinó el cierre del Consulado de Rusia en la ciudad de Seattle, en el noroeste del país, a raíz de su proximidad con la base de submarinos de Kitsap y de la base de la gigante aeronáutica Boeing.

Así, los 12 rusos que actúan en la representación ante la ONU y otros 48 destinados en Washington y Nueva York tienen ahora un plazo de una semana para abandonar el territorio estadounidense.

Acción en bloque

Un alto funcionario dijo a la prensa en la Casa Blanca que la determinación de Trump representa la mayor expulsión de funcionarios rusos de territorio estadounidenses, incluyendo medidas similares cuando aún existía la Unión Soviética.

En diciembre de 2016, el gobierno del entonces presidente Barack Obama determinó la expulsión de 35 diplomáticos rusos por la alegada injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales que se realizaron ese año, en que Trump resultó vencedor.

En una nota oficial, la Casa Blanca apuntó que la medida había sido tomada 'en conjunto con nuestros aliados de la OTAN y asociados alrededor del mundo'.

En tanto, en Bulgaria el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció que 'de forma concertada, 14 países de la Unión Europea decidieron expulsar diplomáticos rusos'.

Tusk añadió que 'no se excluyen nuevas medidas adicionales, incluyendo más expulsiones, en los próximos días'.

Alemania, Francia y Polonia expulsaron hasta ahora cada uno a cuatro diplomáticos rusos; República Checa y Lituania a tres; Italia, Dinamarca y Holanda a dos, y Letonia, Estonia y Finlandia a uno.

Los otros tres países que procedieron a expulsiones son Rumanía, Suecia y Croacia.

Las medidas afectan en total a más de 30 diplomáticos, que se añaden a los 23 diplomáticos rusos ya expulsados por Reino Unido.

Simultáneamente, el gobierno de Canadá anunció la expulsión de cuatro diplomáticos rusos, mientras las autoridades en Ucrania informaron sobre la orden de salida a 13 representantes diplomáticos de Rusia.

En un mensaje en la red Twitter, el ministro británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, saludó la 'respuesta extraordinaria de nuestros aliados'.

El gesto, dijo el jefe de la diplomacia británica, constituye 'el mayor movimiento de expulsiones de agentes rusos de la historia'.

Enérgica reacción de Moscú

Moscú reaccionó enérgicamente a la expulsión de sus diplomáticos.

En un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores, el gobierno ruso apuntó que la expulsión de numerosos de sus diplomáticos constituye un 'gesto provocador'.

'Esta decisión inamistosa no quedará sin respuesta', apuntó la cancillería rusa.

Los 17 países que hoy anunciaron la expulsión de diplomáticos 'se dejaron llevar por Londres sin ponerse a reflexionar sobre las circunstancias de lo que ha ocurrido', agregó.

En declaraciones a la prensa rusa, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, reiteró que el gobierno ruso no tuvo ninguna responsabilidad en el atentado contra Skripal y su hija.

'Lamentamos esta decisión que explican por el caso Skripal. Ya lo dijimos y lo repetimos: Rusia nunca tuvo y no tiene nada que ver en este caso', declaró.

De acuerdo con las autoridades británicas, el ataque contra Skripal y su hija fue realizado con un agente neurotóxico Novichok, que, según afirmó, solamente es producido en Rusia.

La existencia de este programa fue revelada en los años 1990 por Vil Mirzayanov, un químico ruso refugiado en Estados Unidos, que asegura que los agentes tóxicos fueron creados en la década de los 80 por científicos soviéticos.

Este lunes, el Departamento de Estado llamó a Rusia a 'aceptar responsabilidad por sus acciones'.