El líder norcoreano, Kim Jong Un, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, se fijaron como objetivo la desnuclearización de la península, tras una cumbre histórica entre ambos.
'Corea del Sur y Corea del Norte confirman el objetivo común de obtener, mediante una desnuclearización total, una península coreana no nuclear', afirman en una declaración conjunta.
Corea del Norte logró un rápido avance en el programa nuclear y balístico bajo el mandato de Kim, que heredó el poder tras la muerte de su padre en 2011.
En 2017, Pyongyang llevó a cabo su ensayo nuclear más potente a día de hoy y probó misiles balísticos intercontinentales (ICBM) que dejan a su alcance el territorio continental de Estados Unidos.
La cumbre del viernes estuvo cargada de símbolos: cuando los dos dirigentes se saludaron con un apretón de manos y terminaron con un abrazo.
'No habrá más guerra en la península coreana', aseguraron en una declaración conjunta tras la cumbre, la primera en más de una década y 65 años después de que la contienda bélica terminara con un armisticio, en vez de un tratado de paz.
Las dos Coreas intentarán este año poner fin a la guerra de forma permanente y para ello tratarán -según el texto- de reunirse con Estados Unidos y quizá también con China (ambos firmantes del alto el fuego) 'con vistas a declarar el fin de la guerra y establecer un régimen de paz permanente y sólido'.
Algunas de las promesas hechas en el pasado quedaron en letra muerta. Esta vez el dirigente norcoreano se ha comprometido -dice- a hacer cuanto pueda para sacar adelante los compromisos alcanzados con el presidente surcoreano, quien en otoño visitará Pyongyang.
Las dos Coreas se coordinarán estrechamente para asegurarse de no 'repetir el pasado desafortunado que vio como los anteriores acuerdos intercoreanos se quedaban en nada', declaró. 'Podría haber en el camino contragolpes, dificultades y frustraciones', advirtió no obstante Kim. 'Pero no se puede alcanzar la victoria sin dolor', dijo.
Otro de los temas tratados fue la reunión de familias separadas por la guerra.
Los dos países 'decidieron continuar con el programa de reunión de familias separadas con motivo del Día de Liberación Nacional el 15 de agosto de este año', cuando celebran la rendición de Japón al final de la Segunda Guerra Mundial, informa el texto.