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Al menos 11 personas murieron y decenas resultaron heridas este domingo en una serie de atentados contra iglesias en Indonesia, reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y cometidos por seis miembros de una misma familia, incluidas dos niñas.

Los tres atentados fueron cometidos en tres lugares diferentes con 10 minutos de intervalo. La primera explosión se produjo a las 07H30 (00H30 GMT), precisó la policía de Surabaya, segunda ciudad de Indonesia, en el este de la isla de Java.

Un portavoz de la policía, Frans Barung Mangera, confirmó que 11 personas habían muerto y que 41 resultaron heridas.

'Tres ataques suicidas' causaron muertos y heridos 'entre los guardias de las iglesias y cristianos en la ciudad de Surabaya', afirmó Amaq, órgano de propaganda de los yihadistas del EI.

Una familia, formada por la madre, el padre, dos hijos de 16 y 18 años y dos niñas de 9 y 12 años, es responsable del ataque, anunció el jefe de la policía nacional, Tito Karnavian. Estaba vinculada al movimiento radical Yamaah Ansharut Daulah, un grupo afín al EI.

Los ataques se llevaron a cabo unos días antes del comienzo del ramadán en este país del sureste asiático, en alerta tras los atentados allí ocurridos en los últimos años, algunos de los cuales por el EI.

Los medios de comunicación difundieron imágenes en las que se veía un cuerpo yaciendo delante de una de las puertas de la iglesia católica de Santa María, en Surabaya, y agentes de la policía examinando el lugar, lleno de escombros.

'Estaba aterrorizado. Mucha gente gritaba', contó a la AFP Roman, un hombre de 23 años que presenció la explosión en la iglesia de Santa María.

La policía desarmó dos bombas sin explotar en Gereja Pantekosta Pusat Surabaya, la iglesia pentecostal del centro de Surabaya.

Los ataques se produjeron días después de que un policía y un detenido perdieran la vida en violentos enfrentamientos en una cárcel de alta seguridad de las afueras de la capital, Yakarta. El EI reivindicó el incidente pero la policía indonesia descartó su implicación.

En estado de alerta

La intolerancia religiosa ha aumentado en los últimos años en Indonesia, un país donde casi el 90% de sus 260 millones de habitantes es de confesión musulmana, pero donde también viven minorías como los cristianos, los hindúes y los budistas.

En los últimos años se llevaron a cabo otros ataques contra iglesias en este archipiélago del sureste asiático.

En febrero, la policía neutralizó a un hombre armado con una espada que asaltó una iglesia en plena misa en Sleman, en la isla de Java, hiriendo a cuatro personas, incluyendo un cura.

En 2016, un adolescente penetró en una iglesia repleta de fieles en Medan, en la isla de Sumatra, se acercó al cura y lo hirió levemente con un cuchillo en un brazo. Intentó detonar un artefacto antes de ser reducido por los feligreses.

El pasado septiembre, un extremista islamista fue condenado a cadena perpetua en Indonesia por un mortífero ataque con un cóctel Molotov, perpetrado en 2016 contra una iglesia con cómplices de un grupo que apoya a la organización EI.

Las autoridades están en estado de alerta desde los atentados suicidas y los ataques armados en Yakarta en enero de 2016, que costaron la vida a cuatro civiles. Los cuatro asaltantes fueron abatidos en esos ataques, reivindicados por el grupo EI, los primeros de ese alcance en Indonesia desde 2009.

En 2002 se produjo el peor atentado en la historia del país, cuando 202 personas murieron en Bali, la isla más turística del país, incluyendo muchos extranjeros.

El ataque llevó a la policía a lanzar una vasta ofensiva contra los extremistas islamistas y debilitó las redes más peligrosas, según los expertos. Pero el EI logró movilizar de nuevo la facción extremista indonesia.