Algunos colegios de Texas reforzaron su seguridad este lunes, cuando los estudiantes regresaron a las aulas tras el tiroteo el pasado viernes que provocó 10 muertos y 13 heridos, la mayoría adolescentes.
Al menos dos de los heridos permanecen hospitalizados, incluido el agente de policía John Barnes, que se encuentra en situación crítica, indicó la unidad médica de la Universidad de Texas.
A las 10H00 locales (15H00 GMT) se guardó un minuto de silencio en todo el país en memoria de los ocho estudiantes y dos profesores muertos en la escuela de secundaria de Santa Fe, donde los allegados de las víctimas se concentraron este lunes alrededor de cruces blancas que representaban a los fallecidos.
Dimitrios Pagourtzis, un estudiante de 17 años, está acusado de asesinato capital y de asalto agravado de funcionario público.
El autor supuestamente utilizó una escopeta y un revolver comprados legalmente por su padre en la masacre del viernes.
Nicholas Poehl, el abogado del acusado, declaró a la cadena NBC: 'Creo que definitivamente está pasando algo en términos de historial de salud mental'.
El jurista dijo creer que Pagourtzis 'está muy confundido sobre el incidente'.