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Elizabeth descubre su seno izquierdo, convertido en una masa de carne ennegrecida que supura pus debido a una metástasis. Condenada a morir si no recibe quimioterapia, rogaba en Caracas junto a decenas de pacientes crónicos por acceso a tratamiento y medicamentos.

'No soy yo solamente. Miles están muriendo', dijo a la AFP Elizabeth Salazar, de 63 años, a quien hace ocho meses le diagnosticaron cáncer y no ha podido recibir ninguna de las sesiones de quimioterapia que le prescribieron.

Víctimas de cáncer y otras enfermedades crónicas, trasplantados en riesgo de perder sus órganos, y familiares protestaron este martes frente a la sede del Ministerio de Salud para exigir respuestas.

Levantándose la camiseta frente a las cámaras, Elizabeth, quien vive en un sector popular a una hora de Caracas, cuenta que a veces los dolores son tan intensos que le provocan alteraciones de la presión arterial, mareos y vómitos. 

Unos 50.000 pacientes de cáncer no reciben tratamiento en Venezuela, según la ONG Fundación para las Garantías, Prevención y Defensa de los Derechos Humanos, a la que pertenece Elizabeth y que preside su esposo, Luis Escobar Ugas.

Ahogados por una aguda crisis socieconómica, los venezolanos sufren una escasez de 95% de fármacos para enfermedades crónicas y los hospitales funcionan con apenas 20% del material médico quirúrgico que requieren, según el gremio médico. 

Los manifestantes pedían reunirse con el ministro de Salud, Luis López, pero terminaron retirándose sin haber sido recibidos.

'Se han burlado de las personas que tienen condiciones de salud (...) No quieren dar la cara', declaró a la prensa el activista Francisco Valencia, director de la ONG Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida).

En un comunicado, Codevida y otras agrupaciones exigieron al gobierno 'adoptar todas las acciones necesarias' para reactivar programas de donación de órganos pedidos desde mayo de 2017 y 'garantizar el suministro' de medicamentos para distintos padecimientos.

Las manifestaciones por la falta de medicinas, insumos médicos y tratamientos son habituales en Venezuela, entre peticiones de abrir 'un canal humanitario' para la llegada de fármacos desde el extranjero.

'Condenada a muerte'

'Mi esposa está prácticamente condenada a muerte (...) Son ocho largos meses esperando. Ya el cáncer invadió la axila y el costado', expresó Luis, sin poder evitar el llanto.

Por ley, el Estado subsidia medicamentos de alto costo en farmacias del Seguro Social, pero la entrega es esporádica.

Y los precios de los escasos medicamentos que pueden conseguirse en cadenas privadas se hacen inalcanzables para la gran mayoría, con una hiperinflación que el FMI prevé alcanzará 13.800% al finalizar 2018.

'Yo tomo tres medicamentos. Una caja de solo uno puede costar más de 200 dólares', expresó a la AFP Eduardo Cohen, quien recibió un riñón hace 13 años. El monto equivale a unos 140 ingresos mínimos mensuales en Venezuela.

Eduardo llevaba una pancarta con el mensaje 'SOS. Trasplantes en riesgo'.

Delfa Pascuale denunció en tanto las condiciones del hospital capitalino J.M. de los Ríos, donde según Codevida murieron diez niños en 2017 por bacterias que adquirieron en la máquina de hemodiálisis.

Allí, su hijo de 17 años recibe dos diálisis semanales. 'Ni agua hay', contó a la AFP.

El gobierno de Nicolás Maduro niega que en Venezuela haya una crisis humanitaria y últimamente atribuye el desabastecimiento a las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos contra el país, alegando que obstaculizan las importaciones.

Rechaza la posibilidad de un 'canal humanitario', por considerarlo una excusa para una intervención extranjera.

'Le están diciendo a los pacientes: ustedes están desahuciados. Si el Estado no los garantiza (los medicamentos), que tiene todas las herramientas, que tiene toda la maquinaria, ¿cómo lo vamos a hacer nosotros que no tenemos ni para comer?', lamenta Elizabeth.