Legisladores demócratas que visitaron el sábado un centro de detención para inmigrantes en Texas denunciaron la política de 'tolerancia cero' de Donald Trump, que se enfrenta al rompecabezas de las familias separadas en la frontera con México y a la llegada de nuevos contingentes de inmigrantes.
Tras las fuertes protestas desencadenadas por una política inflexible, que en pocas semanas separó a más de 2.300 niños de sus padres que ingresaron ilegalmente a Estados Unidos, el gobierno debe responder al desafío de reagrupar a estas familias.
El presidente multiplica las señales contradictorias en este explosivo asunto. Ante las críticas en su propio partido, Trump firmó el miércoles un decreto que puso fin a las separaciones sistemáticas.
La mayor confusión reina desde entonces sobre la suerte de estos menores arrancados a sus padres. El Ejecutivo dio un primer paso concreto al crear una célula especializada en el tema.
Unos 25 legisladores se trasladaron al centro de detención de inmigrantes de McAllen, en Texas.
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'La razón por la cual estoy aquí es que Donald Trump modificó las políticas y trató a las familias de manera inhumana', protestó Mike Capuano, representante de Massachusetts, durante una rueda de prensa.