Al menos 63 personas desaparecieron en un nuevo naufragio frente a las costas libias, el último drama de la migración clandestina en el mar Mediterráneo, que eleva a casi 170 el número de desaparecidos desde el viernes.
Los 63 migrantes desaparecieron tras el naufragio de su embarcación neumática el domingo frente a Libia, indicó este martes a la AFP el portavoz de la Marina libia, citando testimonios de los rescatados.
Según el general Ayub Kacem, fueron rescatados 41 migrantes que llevaban chaleco salvavidas.
'Los guardacostas no hallaron cuerpos en el lugar', precisó.
Los rescatados contaron que en la embarcación iban 104 personas, antes de que esta zozobrara frente a las costas de Garabulli, unos 50 km al este de Trípoli.
Esta región es desde hace unos meses el principal punto de salida de las embarcaciones hinchables repletas de migrantes que quieren intentar la peligrosa travesía del Mediterráneo para llegar a Italia.
Además de los 41 rescatados, un navío de los guardacostas libios atracó el lunes en Trípoli con otros 235 migrantes a bordo -incluyendo 54 niños y 29 mujeres-, rescatados en otras dos operaciones en la misma zona.
El barco llegó con casi 24 horas de retraso a causa de una avería, explicó Kacem.
'Alarmante'
El viernes se recuperaron los cuerpos de tres bebés y un centenar de personas fueron declaradas desaparecidas en el naufragio de su embarcación, también frente a Garabulli.
En total, 16 migrantes, todos hombres jóvenes, fueron rescatados.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en lo que va de 2018 murieron 1.000 personas intentando cruzar el Mediterráneo.
'El número de fallecidos en el mar frente a las costas libias aumenta de forma alarmante', advirtió el lunes Othman Belbeisi, jefe de misión de la OIM en Libia.
'Los traficantes explotan la desesperación de los migrantes antes de que Europa reprima las travesías del Mediterráneo', explicó en un comunicado.
La semana pasada, el general Kacem advirtió que los traficantes de personas habían acelerado las salidas por el temor a un cierre de las fronteras europeas, después de que Roma prohibiera el acceso a sus puertos a varios barcos de oenegés con personas rescatadas a bordo.
Desde el viernes, los guardacostas libios rescataron o interceptaron a más de 1.000 migrantes.
Una vez que tocan tierra, las autoridades libias llevan a estos migrantes a centros de detención.
Según el comunicado de la OIM, el director general de la organización, William Lacy Swing, viajará a Trípoli esta semana 'para ver en qué condiciones se encuentran los migrantes trasladados a tierra firme por los guardacostas libios'.
La OIM lleva a cabo un programa de 'retorno voluntario' que permitió la repatriación de 9.000 migrantes de Libia en los seis primeros meses de 2018, indicó el lunes a la AFP Yomaa ben Hasan, coordinador de este programa en Trípoli.
La OIM repatrió casi 20.000 migrantes en 2017 en el marco de este programa.
Desde los tiempos del dictador Muamar Gadafi, derrocado y ejecutado en 2011, miles de migrantes atraviesan las fronteras del sur de Libia, sobre todo para intentar cruzar el Mediterráneo con dirección a Europa.
La situación empeoró con la caída del dictador, aprovechando el caos que reina en Libia.