Un juez estadounidense extendió el lunes el plazo al gobierno del presidente Donald Trump para reunir a familias indocumentadas separadas en la frontera, luego que las autoridades indicaran que no cumplirían con la meta, informaron medios de prensa.
El juez Dana Sabraw ordenó a finales de junio que para este martes 102 niños menores de cinco años fueran entregados a sus representantes y que para el 26 de julio los mayores de esa edad.
Pero en una audiencia este lunes en San Diego, Sarah Fabian, abogada del gobierno, dijo que solo 54 del primer grupo estarían de vuelta con sus familias en el plazo dado el 26 de junio.
El gobierno ya había pedido el viernes extender la fecha límite bajo el argumento de que necesitaba más tiempo para verificar y confirmar sus identidades, incluso con pruebas de ADN.
Sabraw dijo el lunes que había visto 'progreso real' y entendía que algunos casos requerían 'tiempo adicional'.
'Soy optimista de que muchas de estas familias serán reunidas mañana y entonces tendremos una noción más clara de quién no ha sido reunido, por qué, y el tiempo que será necesario' para completar el proceso.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por su sigla en inglés), que presentó la demanda en San Diego, indicó que es 'extremadamente decepcionante que el gobierno no cumpla plenamente con la orden judicial'.
'Pero el juez intervino para manejar este desastre de la administración', señaló Lee Gelernt, abogado de ACLU. 'La corte tiene los pies de Trump sujetos al fuego para que reúna a esos niños con sus padres'.
Más de 2.300 niños fueron separados de sus familias a lo largo de varias semanas y alojados en centros administrados por el Departamento de Salud (HHS), como parte de una política de 'tolerancia cero' impuesta por el presidente Donald Trump, que obligaba a procesar en la justicia a cualquier persona que cruzara la frontera ilegalmente.
Varias centenas de ellos ya se han reunido con sus padres. El HHS admitió estar realizando exámenes ADN para determinar la identidad de los restantes.
En total, unos 11.800 menores migrantes están actualmente retenidos por las autoridades estadounidenses tras haber atravesado ilegalmente la frontera. Cerca de 80% son adolescentes que llegaron solos al país.
Ante la indignación pública por la situación de los niños retenidos, el presidente Trump retrocedió el 20 de junio en la aplicación de su política de 'tolerancia cero' a la inmigración ilegal y frenó las separaciones entre padres e hijos.