Antes de iniciar su gira europea, el presidente estadounidense, Donald Trump, había predicho que la etapa de Helsinki, donde se reunirá con su homólogo ruso, Vladimir Putin, sería la 'más sencilla'. La primera cumbre bilateral entre los dos mandatarios se presenta, sin embargo, espinosa.
Trump y Putin, cuyos gestos se observarán atentamente en todo el mundo, se reunirán en la capital finlandesa tras un fin de semana 'deportivo'.
El primero disfruta del golf, su principal actividad física según sus propias palabras, en su lujoso complejo hostelero escocés de Turnberry.
El segundo asistirá el domingo por la noche a la final del Mundial de Fútbol en Moscú entre Francia y Croacia, y aprovechará la ocasión para reunirse con los jefes de Estado de ambos países: Emmanuel Macron y Kolinda Grabar-Kitarovic.
Tras las polémicas visitas de Trump a Bruselas y Londres, marcadas por duros ataques contra sus aliados de la OTAN y contra la primera ministra británica, Theresa May, éste se entrevistará con el dirigente de un país con el que Estados Unidos mantiene numerosos puntos de fricción.
Anexión en marzo de 2014 de la península ucraniana de Crimea por Moscú, apoyo de Rusia al régimen sirio de Bashar al Asad, nuevos aranceles estadounidenses... La lista es larga.
Los dos mandatarios se reunirán primero a solas con sus intérpretes en el palacio presidencial, antes de sumarse a sus delegaciones respectivas para un almuerzo de trabajo. El día terminará con una rueda de prensa conjunta.
En víspera de la histórica cumbre, miles de personas se manifestaron este domingo en la capital finlandesa, convocadas por el colectivo 'Helsinki Calling for Human Rights', integrado por decenas de oenegés y asociaciones.
'Respect Ukraine' (Respeto a Ucrania), 'Make Human rights great again' (Que los derechos humanos sean otra vez importantes), eran algunas de las pancartas que portaban los manifestantes, congregados en la plaza del Senado, a dos pasos del palacio presidencial donde se reunirán el lunes los presidentes ruso y estaodunidense.
'Capacidad para leer las personalidades'
¿Asumirá Trump ante Putin el papel de líder del 'mundo libre' y le pedirá cuentas respecto a las cuestiones en que disienten? ¿O intentará halagar al dirigente ruso como hizo con el chino, Xi Jinping, e incluso con el norcoreano, Kim Jong Un?
¿Cuál será la estrategia del presidente ruso?
'Putin ha demostrado su increíble capacidad para leer las personalidades', afirma Alina Polyakova, del laboratorio de ideas Brookings Institution. 'Al fin y al cabo, ésa es la formación que recibió como oficial de los servicios de inteligencia, y creo que es especialmente habilidoso para detectar las debilidades'.
En una carta abierta para el presidente estadounidense, media docena de senadores demócratas le instaron a no negociar a solas con el líder del Kremlin.
'Tiene que haber otros estadounidenses en la sala', insistieron, aunque su petición tiene pocas posibilidades de ser atendida por Trump.
A tres días del encuentro, otro tema espinoso se impuso de forma espectacular en las conversaciones: la imputación de 12 agentes de inteligencia rusos en la investigación por la presunta injerencia del Kremlin en las presidenciales estadounidenses de 2016.
El viernes, Trump se comprometió a abordar ese tema en Helsinki y afirmó que 'nadie ha sido más firme con Rusia' que Estados Unidos.
El presidente republicano desmiente cualquier tipo de colusión con Moscú y denuncia 'una caza de brujas' llevada a cabo por un FBI que trabaja para los demócratas.
Rusia desmiente por su parte toda injerencia en los comicios, de la misma forma que niega su responsabilidad en el envenenamiento con un agente neurotóxico del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia en marzo en Salisbury, en el suroeste de Inglaterra.
Ambos sobrevivieron al ataque, pero una británica de 44 años murió la semana pasada en la misma región, y una 'pequeña botella' que contenía el mismo agente tóxico fue hallada en el domicilio de su pareja.
'Si podemos desarrollar una relación' con Putin, 'sería fantástico', declaró Trump.
Para Maria Lipman, una analista política independiente instalada en Moscú, el encuentro será complicado porque lo que une a los dos hombres es, en definitiva, que 'ninguno de los dos (...) está dispuesto a ceder a la presión'.