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Al menos dos muertos dejó este martes un ataque de fuerzas del gobierno de Daniel Ortega contra la ciudad de Masaya, en un intento por desarticular la resistencia en el barrio de Monimbó, símbolo de las protestas que dejaron unos 280 muertos en tres meses en Nicaragua.

'La situación en Monimbó está terrible, hay dos muertos, una mujer mayor y un policía', afirmó a la AFP la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh),Vilma Núñez.

Más de 1.000 hombres fuertemente armados con ametralladoras entraron disparando a mansalva a esta ciudad de 100.000 habitantes ubicada a 30 km al sur de la capital, indicaron pobladores.

Un equipo de AFP intentó entrar a la ciudad pero no pudieron pasar debido a que las vías fueron bloqueadas por antimotines y parapolicías que llegaron en 37 camionetas y rodearon Masaya.

'Es uno de los ataques más fuertes que han lanzado a Masaya, se oyen detonaciones y disparos de ametralladoras', relató a la AFP Cristian Fajardo, dirigente del movimiento estudiantil 19 de Abril.

Jóvenes del barrio Monimbó dijeron que están dispuestos a morir por una 'Nicaragua libre'.

'Aquí no vamos a dejar que entren, si tenemos que morir por nuestra patria, vamos a morir', expresaron en un video filmado en medio del ataque.

'Cacería de gente'

Jóvenes manifestantes con el rostro cubierto con camisetas se defendieron durante horas detrás de las trincheras con piedras y morteros artesanales. 

Las ráfagas de armas de todo calibre se escucharon por todos lados de Masaya, dijeron testigos.

'Han disparado a las casas. Agredieron a una ciudad indefensa con armamento desproporcionado', dijo el dirigente de la Asociación Nicaragüense de Derechos Humanos (ANPDH), Álvaro Leiva.

Los paramilitares se tomaron el hospital de Masaya para impedir la atención de los heridos, y lograron avanzar hasta la plaza del barrio Monimbó, lamentó.

Desataron 'una cacería indiscriminada' contra la población, en la que capturaron a 40 personas, denunció Núñez.

En medio de los enfrentamientos, el nuncio apostólico en Nicaragua, Stanislaw Waldemar Sommertag, llamo al gobierno y a los opositores a pactar una tregua y dialogar.

El ataque se dio en momentos que la comunidad internacional intensificó sus llamados a Ortega a cesar la violencia.

En Estados Unidos, el secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri, pidió 'enérgicamente' a Ortega 'que no ataque a Masaya'. 

'La continua violencia y derramamiento de sangre promovidos por el gobierno en Nicaragua deben cesar inmediatamente. El mundo está observando', escribió Palmieri en Twitter.

La acción de las fuerzas gubernamentales forma parte de la llamada 'operación limpieza' que policías y paramilitares iniciaron semanas atrás para desalojar de las calles a los manifestantes que exigen desde la salida del poder de Ortega, un exguerrillero de 72 años que gobierna desde 2007.

'¡Aquí vamos a morir!'

La operación del martes en Masaya, en la que se observaron francotiradores, se concentró en el barrio indígena de Monimbó, donde la población ha levantado barricadas de adoquines de hasta dos metros.

Masaya se declaró en rebeldía contra el gobierno desde que estallaron el 18 de abril las protestas antigubernamentales que reclaman la salida del gobierno de Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.

La pareja presidencial es acusada por sus opositores de instaurar una dictadura que controla todos los poderes del Estado, incluyendo el parlamento, la justicia y el tribunal electoral.

La ciudad de Masaya es el único bastión rebelde que el gobierno no ha logrado doblegar en los operativos realizados en las últimas semanas. 

- 'Golpe acabado' -

El secretario de la presidencia nicaragüense, Paul Oquist, aseguró este martes a AFP en Bruselas que 'el intento de llevar a cabo un golpe de Estado en Nicaragua ya está acabado' y abogó por terminar de resolver la crisis mediante la reanudación del diálogo.

En tanto, la vicepresidenta Murillo celebró el avance en la 'liberación' de las ciudades de las barricadas levantadas por los manifestantes, a los que descalificó como una 'minoría llena de odio'.

En medio de las protestas, el parlamento, controlado por el oficialismo, aprobó el lunes una ley que castiga con 15 a 20 años de prisión el terrorismo.

La tipificación incluye a las personas que cometan actos para 'alterar el orden constitucional u obligar a un gobierno o abstenerse de hacerlo', lo que según la oposición, busca criminalizar las protestas.

La Alta Representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Federica Mogherini, pidió este martes a Managua poner 'fin inmediato de la violencia, la represión y las detenciones arbitrarias, y de que se respeten las libertades fundamentales'.

Por su lado la ONU acusó a las autoridades de Nicaragua de graves violaciones a los derechos humanos, y se declaró muy preocupada por la desaparición de dos representantes del movimiento campesino; Medardo Mairena y Pedro Mena, detenidos el viernes pasado en el aeropuerto de Managua.