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La nueva Constitución de Cuba se prepara para reconocer la propiedad privada, el mercado y la inversión extranjera, elimina la palabra 'comunismo' y buscará allanar legalmente el camino para el matrimonio entre personas del mismo sexo. 

El proyecto de reforma constitucional mantiene como principios esenciales la propiedad socialista del pueblo sobre los medios fundamentales de producción, pero 'añade el reconocimiento del papel del mercado y de nuevas formas de propiedad, entre ellas la privada', según detalles del documento que publicó ayer el diario oficial Granma.

El anteproyecto constitucional, sometido a debate permitirá la generación de riqueza a través de una actividad privada reglamentada por un sistema socialista, que ya no tendrá a la 'sociedad comunista' como fin.

'¿Ha cambiado el modelo socialista cubano? No ha cambiado en sus principios. Los conceptos fundamentales de nuestro socialismo están ahí (...) El papel del Partido Comunista, de la economía estatal, de la propiedad socialista, está incólume. Pero sí se necesita hacer una transformación', dijo Homero Acosta, secretario del Consejo de Estado, al exponer ante la Asamblea Nacional los cambios.

Pequeña empresa. La pequeña y mediana empresa privada nacerán al amparo de la nueva Carta Magna. Muchos trabajadores ya operan como tales.

Pero nuevas normas dictadas esta semana limitan a una sola licencia de negocio por persona, que apuntaría a evitar la acumulación de riqueza personal en la isla, un límite bien remarcado por el gobernante y único PCC.

Se trata de 'regular la concentración de la riqueza, dado que se limita a una sola licencia por persona. Es una medida populista que busca detener el aumento de la desigualdad de los ingresos', dijo a la AFP el economista cubano Pavel Vidal.

Esos planes iniciaron con la presidencia de Raúl Castro en 2008 y han quedado en manos de su sucesor, Miguel Díaz-Canel. 

La nueva Constitución será sometida a un referendo popular antes de su aprobación final.

Forma de gobierno

Cuba volverá a tener una forma de gobierno semejante a la que ostentaba antes de 1976, con presidente y vicepresidente de la República -que seguirá siendo elegido por el Parlamento- y un primer ministro. 

Sin embargo, se mantendrá sin cambios la dinámica de elección presidencial, a cargo del Parlamento, seleccionado entre sus diputados.

El presidente es elegido 'por un periodo de cinco años, y puede ejercer ese cargo hasta dos mandatos consecutivos, luego de lo cual no lo puede desempeñar nuevamente', dice la Carta Magna. El período máximo de diez años fue el que cumplió Raúl Castro y que ejercería su sucesor Miguel Díaz-Canel.

Identidad de género

La norma dejará en claro el derecho a la no discriminación por identidad de género, que abre el camino al reconocimiento de algunas demandas LGBT.

En su artículo 68, el proyecto define el matrimonio como la unión concertada 'entre dos personas (...) y no dice de qué sexo', explicó Acosta.

'Es un acto de justicia que refuerza esos principios de humanismo, de equidad, y (que busca) evitar esa discriminación que por distintas razones y durante tiempo se ha padecido', añadió Acosta.