Seis personas han sido detenidas acusadas de intentar asesinar el sábado al presidente venezolano, Nicolás Maduro, con drones cargados de explosivos, informó ayer el ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol. Un supuesto grupo rebelde se atribuye atentado.
'Tenemos hasta ahora seis terroristas y sicarios detenidos, varios vehículos incautados; se han practicado varios allanamientos a hoteles en la capital (Caracas) donde se han recabado importantísimas evidencias', señaló Reverol durante una alocución en la televisora estatal.
El ministro precisó que el intento de 'magnicidio' se ejecutó con dos drones controlados a distancia y cargados cada uno con un kilogramo de explosivo C4, 'capaz de hacer daño efectivo en un radio de aproximadamente 50 metros'.
'Una de las aeronaves sobrevoló la tribuna presidencial con el fin de activar a distancia la sustancia explosiva (...), pero con la instalación de equipos inhibidores de señales se logró desorientar al dron, activándose fuera del perímetro planificado por los sicarios', explicó Reverol.
La segunda aeronave -según el funcionario- perdió el control, cayó y detonó en un edificio cercano al acto militar en el que se encontraba Maduro, en conmemoración de los 81 años de la Guardia Nacional.
'Se trata de un delito de terrorismo y magnicidio en grado de frustración (...). Están identificados plenamente los autores materiales e intelectuales dentro y fuera del país, no se descarta en las próximas horas otras detenciones', acotó Reverol.
El ministro reiteró que hay siete militares lesionados por lo ocurrido, 'tres de ellos con pronóstico reservado'.
'Operación fénix'
Un supuesto grupo rebelde que estaría integrado por civiles y militares se atribuyó un atentado.
El fallido atentado durante una parada militar forma parte de la 'Operación Fénix', según el escrito leído en la noche por la periodista opositora Patricia Poleo en su canal de Youtube.
Poleo, radicada en Estados Unidos y fuerte crítica al gobierno socialista, se limitó a leer el texto que le entregó el grupo identificado como Movimiento Nacional Soldados de Franela.
'Es contrario al honor militar mantener en el gobierno a quienes no solo se han olvidado de la Constitución sino que han hecho de la función pública una manera obscena de enriquecerse y envilecerse', añadió el supuesto movimiento rebelde en el comunicado.
'Había mucha confusión'
Marco Salgado, fotógrafo argentino radicado hace diez años en Venezuela, fue testigo del incidente y logró captar la imagen de un militar con la cara ensangrentada. Uno de los siete que resultó heridos, según el gobierno.
'Estaba de espaldas al escenario, sentí la onda expansiva. Mi sensación es que había un cohete que había explotado muy cerca de mí. Cuando miré hacia el escenario vi que estaban cubriendo al presidente', contó Salgado a la AFP.
El hecho se lo adjudicó un supuesto grupo rebelde que dice buscar la salida de del presidente Maduro.
El primer artefacto fue 'desorientado' con inhibidores de señal, aseguró Reverol. El otro perdió el control y cayó sobre un edificio adyacente a la céntrica avenida Bolívar, dejando una columna de humo.
Tras la segunda detonación echaron a correr los militares que estaban en formación y en los palcos dispuestos a los costados de la amplia avenida, que otrora fue escenario de grandes concentraciones del fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013).
'Había mucha confusión. La gente corría a todos lados. Muchos no sabían por dónde salir. Creo que todos estaban confundidos, los espectadores y la misma Guardia Nacional. Ya al presidente lo habían sacado', relató Salgado.
Una voz de mando que le pedía a los efectivos 'mantenerse en lugar' no pudo evitar que rompieran la formación invadidos por el pánico, añadió.
Pero Maduro, aunque desconcertado, mantuvo la calma. Dijo que llegó a pensar que se trataba de un artificio pirotécnico, algo que suele ser común en los actos oficialistas.
Transcurrió una hora para conocer un parte oficial. Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación e Información, dijo ante las cámaras que el presidente había sido objeto de un 'atentado'.
Tres horas después del episodio que denunció como un plan para asesinarlo, Maduro contó que su primera 'reacción fue de observación, de serenidad' porque confía en la Fuerza Armada.
'Ese dron venía por mí', afirmó durante la alocución transmitida en cadena. 'Es muy grave, se pasaron y se comieron la luz', dijo el mandatario al repartir culpas entre la 'ultraderecha', como llama a la oposición, el presidente colombiano Juan Manuel Santos y Estados Unidos.
Los incidentes armados contra el actual gobierno de Venezuela
El 6 de agosto de 2017 una veintena de hombres, entre ellos tres militares, atacaron el fuerte de Paramacay en la ciudad de Valencia. Los hombres se enfrentaron con los uniformados que custodiaban las instalaciones durante más de tres horas: dos de los atacantes fueron abatidos, ocho detenidos, y el resto escapó con armas.
El ministerio de Defensa calificó ese ataque como un 'acto terrorista'.
En el video, Caguaripano aseguró que su acción no era un golpe de Estado, sino una operación para 'restablecer el orden constitucional'.
Piloto rebelde. El 27 de junio de 2017, en medio de protestas contra Maduro que dejaron 125 muertos, el expolicía Óscar Pérez lideró desde un helicóptero un ataque con granadas y armas de fuego contra los edificios del Tribunal Supremo de Justicia y del Ministerio de Interior en Caracas.
Tras el atentado, Pérez publicó varios videos en sus redes sociales en los que pedía la renuncia de Maduro y decía que su objetivo era 'restablecer el orden constitucional'. Aparecía acompañado por cuatro hombres encapuchados que portaban armas largas.
El expiloto de la policía científica y actor aficionado huyó y estuvo varios meses en la clandestinidad, hasta que el 15 de enero pasado fue abatido junto con seis de sus colaboradores.
Junto a EEUU
Colombia responde
Colombia y EEUU rechazaron cualquier participación en el intento de asesinato del que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo haber sido blanco el sábado en Caracas.
Maduro responsabilizó de los hechos, ocurridos durante una parada militar, a la 'ultraderecha', como se refiere a la oposición, y al presidente saliente colombiano, Juan Manuel Santos.
El gobierno de Colombia rechazó 'enfáticamente' las acusaciones de Caracas, considerando que 'resultan absurdos y carecen de todo fundamento'.
Washington negó estar involucrado en lo ocurrido en Caracas. 'Puedo afirmar que no hubo ninguna participación del gobierno estadounidense en lo sucedido allí', dijo el consejero de Seguridad Nacional de Donald Trump, John Bolton.