La Policía chilena allanó este jueves las oficinas del obispado castrense, a cargo de los servicios religiosos a las Fuerzas Armadas, en el marco de la investigación de encubrimiento de abusos sexuales a menores cometidos por curas.
Uniformados llegaron a las oficinas de este obispado, ubicadas en el barrio Providencia en Santiago, con el fin de recabar información relacionada a las investigaciones que comenzó la Fiscalía de la ciudad de Rancagua (120 km al sur de Santiago) sobre una red de 14 sacerdotes que habrían cometido abusos sexuales y de poder.
'De momento, estamos investigando todo lo que podamos encontrar y ahí vamos a poder remediar en definitiva cuáles elementos, si encontramos algunos, corresponden a investigaciones que se desarrollen bajo el actual procedimiento o cuáles eventualmente podrían ser enviados a la justicia ordinaria del sistema antiguo', explicó a periodistas el fiscal Miguel Ángel Velásquez, a cargo de esta diligencia.
Entre junio y julio, la Fiscalía ordenó redadas en distintas oficinas religiosas en Rancagua y Santiago, en el comienzo de una investigación que busca determinar si hubo encubrimiento de los abusos cometidos en la Iglesia chilena, que vive su peor crisis por estos hechos.
La Fiscalía también espera determinar si los presuntos ataques o encubrimientos se produjeron bajo el mandato del actual obispo castrense Santiago Silva o anteriores clérigos, entre ellos el obispo Juan Barros, acusado de encubrir los abusos cometidos por su guía espiritual, el sacerdote Fernando Karadima, separado de la iglesia en 2011.
Hasta ahora la Fiscalía mantiene abiertas 38 investigaciones por casos de abusos en la Iglesia católica chilena. Cinco obispos han renunciado a sus cargos y el sacerdote Oscar Muñoz –exmano derecha del arzobispo de Santiago Ricardo Ezzati- está en prisión preventiva por el abuso de al menos siete menores.