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Miles de personas marcharon este sábado en la capital de Nicaragua para reclamar la libertad de decenas de detenidos durante las protestas antigubernamentales que dejan más de 300 muertos y más de 2.000 heridos desde abril.

'Libertad', 'Alto a las detenciones ilegales', 'libertad para los presos políticos', 'vivos se los llevaron, vivos los queremos', coreaban los manifestantes con el rostro cubierto y enarbolando banderas de Nicaragua.

Durante la movilización, que partió de la emblemática rotonda Jean Paul Genie en el sureste de Managua hacia la céntrica catedral, se produjeron incidentes menores entre manifestantes y agentes de la policía.

Los detenidos son en su mayoría dirigentes estudiantiles, campesinos e integrantes de organizaciones de la sociedad civil y están acusados de terrorismo y crimen organizado.

Entre los presos destacan el líder campesino del movimiento contra el proyecto de canal interoceánico, Medardo Mairena, arrestado en el aeropuerto cuando intentaba viajar a Estados Unidos.

Mairena, también miembro de la Alianza Cívica, que participa en el diálogo con el gobierno, es objeto de un proceso judicial a puertas cerradas bajo cargos de terrorismo y crimen organizado.

'Estamos aquí por nuestros presos políticos, para exigir su libertad', dijo una mujer con el rostro cubierto con una máscara que se identificó con el seudónimo 'Siempreviva'.

'Este gobierno se ha dedicado a reprimir a los estudiantes, hoy venimos a decirle que se tiene que ir', exclamó.

Marchas similares tuvieron lugar en otras ciudades, como León, Juigalpa y Matagalpa. En esta última se produjeron incidentes en los que, según reportes, paramilitares dispararon contra manifestantes.

Los adversarios del presidente Daniel Ortega, de 72 años, que gobierna desde hace 11 años, lo acusan de corrupción, nepotismo e instaurar una dictadura junto a su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, y demandan su salida del poder.

Las manifestaciones opositoras iniciaron el 18 de abril en contra de una fallida reforma de la seguridad social y se extendieron luego a todo el país tras una violenta represión, que deja 317 muertos según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y 197 según las autoridades.