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El gobierno italiano decretó este miércoles el estado de emergencia en Génova y prometió revocar el  contrato con la empresa concesionaria de las autopistas acusada de haber aplazado los controles y el mantenimiento del controvertido viaducto que se desplomó la víspera causando la muerte de al menos 39 personas.

Pese a que los equipos de rescate han trabajado sin descanso toda la jornada entre los bloques de cemento del puente Morandi y los restos de los vehículos que cayeron al vacío desde una altura de unos 50 metros, se mantiene sin cambios el balance de muertos, mientras entre los 16 heridos, nueve están en estado grave.

Entre las 39 personas muertas figuran tres chilenos residentes desde hacía décadas en Génova que viajaban en el mismo automóvil, un colombiano y un peruano. 

Familias enteras que atravesaban el céntrico puente perdieron la vida mientras cruzaban el viaducto ubicado en una zona urbana y que conecta con una autopista hacia Francia.

Al término de un consejo de ministros extraordinario celebrado en Génova, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, decretó el estado de emergencia en la ciudad por 12 meses y adjudicó un fondo de cinco millones de euros.

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Conte decretó también una jornada de duelo nacional y confirmó que el gobierno va a revocar el contrato de concesión de las autopistas a la firma Autostrade, en un 30% propiedad de la familia Benetton.

Según varios medios, el sábado la ciudad de Génova prevé realizar funerales solemnes para las víctimas.

Unos doscientos metros del llamado puente Morandi, que tiene 1.182 metros de longitud y una altura de 90 metros, se derrumbaron el martes y sepultaron bajo los escombros y bloques de cemento a unos 30 vehículos, entre ellos tres camiones.