La explosión de una bomba este martes en medio de una multitud en un festival en el sur de Filipinas, provocó la muerte de una persona y varias decenas de heridos en el segundo ataque mortífero en menos de un mes en la región, señalaron las autoridades.
La fuerte explosión tuvo lugar en la ciudad de Isulan cerca de un mercado nocturno que hacía parte de las celebraciones locales, lo que provocó una estampida humana de gente aterrorizada.
La explosión 'fue muy fuerte, abandonamos inmediatamente la zona, pero no puedo olvidar la imagen de una niña que era cargada por su padre, con la camisa cubierta de sangre', dijo Judy Sapto, una residente del barrio que presenció los hechos.
No hubo una reivindicación inmediata del atentado, pero las sospechas recayeron enseguida sobre los insurgentes islamistas, que llevan décadas luchando en el sur del archipiélago, cuya población es mayoritariamente católica.
'Es obvio que detrás de esto están los Bangsamoro Islamic Freedom Fighters (BIFF), que tienen vínculos con Estado Islámico (EI). Ellos suelen estar en el origen de este tipo de ataques', declaró Arvin Encinas, capitán del ejército filipino.
La oficina del alcalde local señaló además que se encontraron otras dos bombas en el área, pero fueron desactivadas por artificieros.
Una persona murió y al menos otras 36 resultaron heridas en la explosión, agregó la fuente. No hubo aún un informe sobre el estado de salud de los heridos.