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El buque estadounidense Seabed Constructor emprenderá el viernes un nuevo operativo de búsqueda del submarino argentino San Juan, desaparecido desde el 15 de noviembre del 2017 con 44 tripulantes a bordo, informó este jueves el ministerio de Defensa.

El barco de la empresa Ocean Infinity partirá desde el puerto de Comodoro Rivadavia, a 1.800 km al sur de Buenos Aires, con una dotación que incluye a marinos argentinos y familiares de los submarinistas.

'Sentimos que es la última oportunidad de encontrarlos. También esperamos saber qué pasó', dijo Luis Tagliapietra, padre del teniente Alejandro Tagliapietra, uno de los tripulantes, en declaraciones a la radio Once Diez.

La firma Ocean Infinity fue la responsable de buscar, sin éxito, el famoso vuelo MH370 de Malaysia Airlines, desaparecido el 8 de marzo de 2014 con 239 pasajeros, poco después de despegar de Kuala Lumpur con destino a Pekín.

El gobierno del presidente Mauricio Macri ha dado por muertos a los marinos del San Juan, pero se desconoce qué pudo haber sucedido con el submarino.

La justicia investiga varias hipótesis de falla técnica ocurrida cuando se perdió contacto con tierra a unos 450 km de la costa. En esos momentos, el submarino se dirigía hacia su base en la ciudad de Mar del Plata (sur de Buenos Aires).

Tagliapietra es un abogado querellante contra el Estado en una causa judicial abierta por presuntas irregularidades en la información oficial sobre el submarino y acerca de presuntos desperfectos técnicos reportados antes de su zarpada desde una base en Ushuaia (extremo austral).

El último contacto con el San Juan fue en aguas del golfo San Jorge, cuyo puerto más cercano es Comodoro Rivadavia. El año pasado hubo intensos pero infructuosos operativos para hallarlo con decenas de embarcaciones y aviones de varios países.

El Seabed Constructor está equipado con cámaras que pueden sumergirse a 6.000 metros de profundidad.

Solo si encuentra al San Juan, la empresa cobrará 7,5 millones de dólares, según reportes oficiales.

Los familiares de los tripulantes, entre ellos la única mujer submarinista de la región, presionaron al gobierno con marchas de protesta y campamentos frente a la casa de gobierno para que no se abandonase la búsqueda.

El San Juan era uno de los tres submarinos de la marina de guerra. De los otros dos, uno está fuera de servicio para un reacondicionamiento completo, en un marco de severo recorte del presupuesto militar.