La tormenta tropical Florence cobró ayer una sexta muerte en su paso por la costa este de Estados Unidos, donde las fuertes precipitaciones mantuvieron elevado ayer el riesgo de inundaciones 'catastróficas'.
El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, confirmó la muerte de cinco personas relacionadas con Florence, y dijo que 'varias más' están bajo investigación.
Esa cifra incluye a una mujer y su bebé, que fallecieron el viernes al caer un árbol sobre su casa en Carolina del Norte, uno de los estados más golpeados por la tormenta junto a Carolina del Sur, donde se registró una sexta muerte.
Florence todavía 'descarga cantidades épicas' de lluvia, aunque ha perdido fuerza, dijo Cooper, quien desalentó a aquellos que intentaban regresar el sábado a sus hogares conduciendo por carreteras inundadas armados con motosierras para despejar los pinos caídos que las cubrían.
'Todos los caminos en el estado en este momento están en riesgo de inundaciones', dijo.
La Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) movilizó a 1.200 personas para las operaciones de búsqueda y rescate. El Ejército de Estados Unidos y voluntarios de todo el país, como la 'Cajun Navy' de Luisiana, también ayudan en las tareas.
Las ráfagas de viento causaron daños severos, arrancando árboles y postes de luz. Más de 800.000 hogares no tenían electricidad el sábado por la mañana, según los Servicios de Administración de Emergencias de Carolina del Norte.
Lento avance. Florence golpeó la costa este de Estados Unidos el viernes como un huracán categoría 1 pero desde entonces se ha debilitado a tormenta tropical.
Los meteorólogos prevén que en Carolina del Norte la acumulación de agua de las lluvias alcancen los 25 centímetros tierras adentro, y un metro en algunas áreas costeras.