Compartir:

Fuerzas militares mexicanas detuvieron este martes a tres mandos policíacos del balneario mexicano de Acapulco (sur), y tomaron el control de la secretaría de Seguridad Pública local debido a posibles filtraciones de la delincuencia organizada en la institución, confirmaron autoridades.

Soldados de la Marina, junto con policías federales y estatales, desplegaron un aparatoso operativo terrestre y aéreo en torno a las instalaciones de la Policía Preventiva Municipal para desarmar a sus agentes y revisar el armamento y equipo de radiocomunicación, informó Roberto Álvarez, vocero de seguridad de Guerrero, estado donde se ubica Acapulco.

Tras este operativo, la embajada de Estados Unidos en México a través de Twitter informó de este y recordó a los estadounidenses una alerta emitida en agosto pasado que advierte sobre los riesgos de viajar a Guerrero.

Durante la operación, agentes ministeriales arrestaron a dos comandantes de la policía de Acapulco que estarían ligados con asesinatos y detuvieron al director de la policía vial por portación de armas no oficiales, agregó el funcionario.

El secretario de Seguridad Pública municipal, Max Lorenzo Sedano, y el resto de los agentes que integran esa dependencia están sujetos también a investigación, detalló Álvarez.

'La decisión, implementada por el Grupo de Coordinación Guerrero, obedeció al incremento de la incidencia delictiva que se ha registrado en el municipio y a la nula actuación de la policía municipal para enfrentar el fenómeno delictivo', dijo el portavoz sobre el operativo.

Tras esta acción, que mantuvo cerradas las calles aledañas a las instalaciones policíacas, ubicadas a 10 metros de una de las principales terminales de autobuses de la ciudad, se informó que el control de la policía de Acapulco quedó a cargo, por tiempo indefinido, de la secretaría de seguridad de Guerrero.

La filtración de cuerpos policiales por parte del crimen organizado es una situación común en México, especialmente en zonas con altos índices de criminalidad como Guerrero o el Estado de México, donde anteriormente militares y policías federales han debido desarmar y relevar a cuerpos policiales completos bajo sospecha de colusión.

Guerrero, centro de operaciones de numerosas organizaciones de narcotraficantes, es uno de los estados más violentos de México, con 2.318 homicidios dolosos registrados en 2017, la cifra más alta de todo el país.

De enero a agosto de este año suma 1.507 asesinatos, según cifras oficiales.