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La mujer que acusa de agresión sexual al candidato de Donald Trump para la Corte Suprema de Estados Unidos, el juez Brett Kavanaugh, dijo ayer en la apertura de la audiencia que estaba ‘aterrada’, pero que era su ‘deber’ testificar, durante una declaración leída al borde del llanto.

'No estoy aquí porque quiero. Estoy aterrada', dijo Christine Blasey Ford cuando compareció en la mesa de testigos en una sala abarrotada en la Comisión Judicial del Senado, en una sesión que comenzó a las 10 de la mañana hora local, con una introducción del presidente de la entidad, el republicano Chuck Grassley.

En la audiencia, que es transmitida en directo por televisión, la académica experta en psicología aseguró que Kavanaugh intentó violarla en una fiesta de estudiantes, algo que el juez niega. El magistrado de 53 años se juega todo su futuro en esta audiencia.

'Yo creí que me iba a violar', dijo a la comisión, enumerando los detalles de la noche.

Ante la pregunta de cuán segura estaba de quién había sido su agresor, se expresó con confianza: 'De la misma forma que estoy segura de que estoy hablando con usted ahora. Estoy 100 por ciento segura'.

Entre las grandes expectativas de la audiencia estaba ver por primera vez el rostro de Blasey Ford de la cual sólo se conocían fotos antiguas y una imagen de las redes sociales en las que aparecía con lentes de sol.

Al inicio de la audiencia esta académica experta en trauma comparecía con un traje azul marino y sus ojos enmarcados por lentes ópticos traslucían un leve nerviosismo.

'Creo que es mi deber cívico contarles a ustedes lo que me pasó cuando Brett Kavanaugh y yo estábamos en secundaria', dijo, leyendo palabra a palabra una declaración ya preparada, con silencios intercalados mientras intentaba luchar contra las lágrimas.

La académica experta en trauma contó que durante mucho tiempo tuvo demasiada vergüenza para hablar de lo sucedido, pero que seguía sufriendo las consecuencias.

'Los detalles de esa noche, que es lo que me trae aquí, son cosas que nunca voy a olvidar. Quedaron grabados en mi memoria y me han atormentado por momentos en mi vida adulta', dijo.

Varias acusaciones

 Desde que Blasey Ford salió a la luz con su testimonio, otras dos mujeres la siguieron.

Deborah Ramirez, una compañera de Kavanaugh en la Universidad de Yale, lo acusa de haberle frotado los genitales en la cara, y Julie Swetnick dijo que fue testigo de abusos cometidos por el juez en su juventud.

'Vi a Brett Kavanaugh beber excesivamente en muchas de estas fiestas y lanzarse en conductas de abuso y comportamientos agresivos hacia las chicas, incluyendo tocamientos o arreglarla para exponer las partes privadas de las chicas', dijo Swetnick, Michael Avenatti, quien también defendió a la actriz porno Stormy Daniels en su litigio contra Trump. 

No va a renunciar a ser candidato de la Corte Suprema

El elegido del presidente estadounidense para la Corte Suprema, Brett Kavanaugh, dijo ayer que no retirará su candidatura y reiteró su inocencia en una audiencia ante la Comisión Judicial del Senado de Estados Unidos, por las acusaciones de agresión sexual en su contra.

'Yo no voy a dejarme intimidar y renunciar a este proceso', dijo el juez en una declaración leída.

'Mi familia y mi nombre han sido destruidos de una forma total y permanente por estas acusaciones falsas y despiadadas', dijo Kavanaugh, que se debatía para no llorar mientras reiteraba su inocencia.

En la audiencia dijo además que el proceso de confirmación se había convertido en una 'vergüenza nacional'.

En una audiencia previa que duró cuatro horas, la experta en psicología Christine Blasey Ford aseguró a la Comisión que Kavanaugh intentó violarla en una fiesta de estudiantes en 1982.

Hace dos semanas, Kavanaugh parecía encaminado a obtener el visto bueno del Senado para entrar en la Corte Suprema, una jurisdicción que dirime cuestiones fundamentales de la

sociedad, como el derecho al aborto, a portar armas de fuego y los derechos de las minorías.