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La probable elección de Jair Bolsonaro augura tiempos tensos y desafiantes para la prensa en Brasil. El ultraderechista se ha valido de mitines y redes sociales para desacreditar la cobertura de su campaña, siguiendo el libreto de Donald Trump en Estados Unidos. 

Conocido por sus comentarios ofensivos contra minorías y su apoyo a la dictadura militar (1964-1985), el excapitán del Ejército descargó su furia contra el periódico Folha de Sao Paulo en un video transmitido en vivo a una multitud de seguidores el domingo previo a elecciones.

'¡Folha de Sao Paulo es el mayor [productor] de Fake News de Brasil! No tendrán más publicidad del gobierno', advirtió el favorito en las encuestas para el balotaje frente al izquierdista Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT).

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Bolsonaro, que días antes había prometido por escrito respetar la libertad de información y expresión, atacó al diario por una investigación que vinculó su campaña con el bombardeo de noticias falsas. 

'Varias veces demostró que no entiende el papel de la prensa. Evita cuestionamientos directos, responde de manera agresiva a los reporteros (...), si es elegido cabe prever más agitación', dijo a la AFP Paula Cesarino, ombudsman (defensora del lector) de Folha.

En Twitter, donde suma más de 1,9 millones de seguidores, Bolsonaro ha usado expresiones como 'prensa basura' y en una reciente entrevista con radio Guaíba, de Porto Alegre, impuso como condición recibir solo preguntas del conductor del programa. El periodista Juremir Machado, que hacía 10 años formaba parte de ese espacio, decidió renunciar de inmediato, por esa 'humillante' exigencia.