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Donald Trump denunció este sábado el 'odio' en Estados Unidos luego de un tiroteo en una sinagoga en Pittsburgh, en el estado de Pensilvania, donde un hombre mató a varias personas antes de ser detenido.

'Es una cosa terrible, terrible lo que está sucediendo con el odio en nuestro país, francamente, y en todo el mundo', dijo Trump a periodistas antes de partir para una serie de eventos de campaña en Indiana e Illinois. 'Hay que hacer algo', afirmó. 

Mientras medios locales consignaron que el número de muertos en Pensilvania podría alcanzar a ocho, el mandatario afirmó que el saldo del tiroteo parecía 'mucho más devastador de lo que nadie pensó originalmente'. 

'El mundo es un mundo violento', dijo, llamando al sospechoso 'un hombre loco, un desquiciado'. 

Cuando se le preguntó si era hora de revisar las indulgentes leyes de armas del país, el presidente sugirió en cambio que el número de víctimas podría haber sido mucho menor si se hubieran colocado guardias armados en la sinagoga. 

'Si tuvieran protección dentro del templo, tal vez podría haber sido una situación muy diferente', especuló.

El mandatario sí pidió una justicia más rápida y condenas más severas, incluso invocando un mayor uso de la pena de muerte.

'Cualquiera que haga algo como esto a personas inocentes en un templo, en una iglesia... realmente debería sufrir ese castigo final'. 

Durante los últimos 10 años en Estados Unidos ha habido tiroteos masivos en una iglesia de Texas (26 muertos), en una iglesia de feligreses principalmente afroestadounidenses en Carolina del Sur (nueve muertos), en dos centros judíos en Kansas City (tres muertos), en un templo sij en Wisconsin (seis muertos) y en una iglesia Unitaria en Tennessee (dos muertos). 

Cuando se le preguntó si todas las iglesias y sinagogas debían tener guardias armados, Trump respondió: 'Odio pensar de esa manera'. 

Pero agregó: 'Ciertamente, uno quiere protección. No tenían ninguna protección... Los resultados podrían haber sido mucho mejores'.