La segunda caravana de migrantes centroamericanos que busca llegar a Estados Unidos retomó su camino este martes por el sureño estado mexicano de Chiapas, un día después de haber cruzado ilegalmente la frontera desde Guatemala.
El grupo, conformado por unas 2.000 personas, salió al amanecer luego de descansar y secar la ropa que mojaron al atravesar a nado el río Suchiate, que separa a México de Guatemala.
El lunes, niños, mujeres y hombres se lanzaron en masa a las aguas del río ante la negativa de las autoridades mexicanas de abrir la frontera terrestre.
El cruce estuvo vigilado por el Instituto Nacional de Migración, policías federales que sobrevolaron con un helicóptero, y embarcaciones de la Marina.
Una vez en territorio mexicano, los migrantes rechazaron la regularización migratoria y el programa del gobierno de México que ofrece empleo temporal, servicios de salud y educación para sus hijos, y continuaron su trayecto hacia Estados Unidos.
Por su parte, la secretaría de Gobernación (Interior) informó que deportó a dos hondureños buscados por la justicia, uno señalado como responsable del asesinato de tres personas y otro acusado de delitos ligados al narcotráfico.
Fueron 'identificaron dos ciudadanos hondureños contra quienes existen órdenes de captura vigentes', señaló el comunicado de Gobernación al detallar que fueron deportados vía área.
El escrito señala que viajaban en la caravana migrante, pero no detalla en cuál de las dos.
Mientras tanto, la primera caravana de migrantes, en su mayoría hondureños, arribó por la tarde a la ciudad de Juchitán, en Oaxaca, luego de partir de madrugada de Niltepec.
Ese primer grupo fue albergado en una estación de autobuses que aún muestra los daños que dejó un sismo de 8,2 grados el 7 de septiembre de 2017.
Los migrantes y defensores de derechos humanos mexicanos han exigido les faciliten autobuses para llegar más rápido a Ciudad de México, donde solicitarán un permiso migratorio que les permita viajar libremente por el país y llegar incluso a la frontera con Estados Unidos. Sin embargo, aún no han obtenido respuesta.
Esa caravana sigue su marcha pese a las nuevas amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien el lunes calificó al movimiento de 'invasión' a su país.
Trump escribió en Twitter que en la caravana había miembros de pandillas y amenazó con no permitir el ingreso de los migrantes a Estados Unidos, para lo cual ordenó desplazar efectivos militares a la frontera.