El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, invocó el martes a Dios y la Constitución y recibió mensajes sutiles a favor de la tolerancia durante una sesión solemne en el Congreso por el 30 aniversario de la Carta Magna de 1988.
'En democracia, hay un solo norte: el de nuestra Constitución', declaró el excapitán del Ejército, invitado a tomar la palabra en esa ceremonia en Brasilia, en presencia del presidente saliente, Michel Temer, de los jefes de la Cámara de Diputados y del Senado, del Supremo Tribunal Federal (STF) y de la fiscal general de la República.
En su breve alocución, Bolsonaro, un admirador de la dictadura militar (1964-85), celebró el texto que organizó la vida democrática de los últimos 30 años y evocó varias veces a Dios.
Una de ellas, para retomar su lema de campaña, en la cual contó con un fuerte apoyo de las ultraconservadoras iglesias evangélicas: 'Brasil por encima de todo y Dios por encima de todos'.
En otra, agradeció a Dios por haber 'salvado' su vida, tras la puñalada en el abdomen que recibió en un mitin el 6 de septiembre.
Bolsonaro se declaró durante su campaña 'esclavo de la Constitución', tras verse obligado a desautorizar a su compañero de fórmula, el general retirado Hamilton Mourao, quien había adelantado la idea de redactar otra con un consejo de notables, prescindiendo del Congreso y de los electores.
El propio Bolsonaro tiene un historial de cuestionamientos a las libertades cívicas. En junio de 2016, afirmó que 'el error de la dictadura fue torturar y no matar'.
El presidente electo, que asumirá el cargo el 1º de enero, arribó por la mañana a Brasilia, procedente de Rio de Janeiro, para iniciar la transición. El miércoles, se reunirá con Temer.
Muy sonriente y con una corbata a rayas, el ultraderechista llegó al Congreso con un convoy de autos negros, protegido por un numeroso equipo de seguridad. Dentro del plenario, cantó el himno brasileño con la mano en el pecho y se retiró después de los discursos en medio de un enjambre de asesores y periodistas.
Su llegada al poder está acompañada por cierta ansiedad social, debido a sus propuestas de flexibilizar el porte de armas para combatir la criminalidad y a una carrera marcada por declaraciones discriminatorias contra minorías raciales y sexuales.
La fiscal general, Raquel Dodge, se congratuló por el hecho de que 'el presidente electo saludara la Constitución y sus normas, tal como lo hicieron las autoridades actuales'.
La Constitución de 1988 'dio garantías' para que los fiscales puedan cumplir con su mandato 'luchando contra la corrupción, defendiendo el medio ambiente, defendiendo libertades, defendiendo la autonomía universitaria, la igualdad de género y luchando contra la discriminación que aún existe en nuestro país', declaró Dodge a la prensa al concluir la sesión.