Estados Unidos dispuso el viernes que las personas que ingresen ilegalmente al país ya no podrán solicitar asilo, en un intento por disuadir a los migrantes centroamericanos que avanzan en distintas caravanas hacia la frontera sur del país y presionar a México para que actúe.
El presidente Donald Trump firmó un decreto que suspende la concesión de asilo a quienes cruzan sin documentos la frontera con México.
'Queremos que la gente ingrese a nuestro país, pero tiene que ingresar legalmente', dijo el mandatario a periodistas en la Casa Blanca antes de partir a París, llamando a la oposición demócrata a legislar sobre el tema de la inmigración.
En el decreto, Trump sustentó su decisión para salvaguardar el 'interés nacional' ante la esperada llegada de 'un número sustancial' de extranjeros, principalmente centroamericanos, que desde hace casi un mes marchan hacia la frontera estadounidense.
'La continua migración masiva de extranjeros sin base legal para ingresar a Estados Unidos por nuestra frontera sur ha precipitado una crisis y socava la integridad de nuestras fronteras', señaló.
'Por lo tanto, debo tomar medidas inmediatas para proteger el interés nacional y mantener la efectividad del sistema de asilo para los solicitantes de asilo legítimos, que demuestren que han huido de la persecución y justifiquen los muchos beneficios especiales asociados', añadió Trump.