Los bomberos combaten en medio de fuertes vientos los incendios que arrasan el norte y sur de California y dejan al menos 44 muertos, entre ellos el 'Camp Fire', el más mortífero en la historia de este estado de la costa oeste de Estados Unidos.
Miles de bomberos lucharon por quinto día consecutivo para contener al llamado 'Camp Fire', a los pies de las montañas de la Sierra Nevada y al norte de la capital estatal Sacramento, que deja 42 fallecidos, mientras equipos de búsqueda se abocan a la penosa tarea de ubicar víctimas.
Apenas contenido en un 25%, el 'Camp Fire' es el más grande de varios incendios activos en el estado, que han provocado la evacuación de más de 250.000 personas y que son avivados por vientos de casi 100 kilómetros por hora.
Es también el más destructivo registrado en la región: arrasó 45.000 hectáreas y 6.500 viviendas en la ciudad de Paradise, en el condado de Butte, prácticamente borrándola del mapa.
Más de 5.100 bomberos de todo el país buscan contener las llamas, mientras equipos de búsqueda especializados -en los que participan antropólogos y especialistas en ADN- recorren la tierra arrasada para buscar e identificar restos humanos, en ocasiones reducidos solo a un puñado de cenizas.