La primera ministra británica, Theresa May, emprendió ayer una ofensiva para convencer a un parlamento británico mayoritariamente hostil de que ratifique el acuerdo sobre el Brexit logrado con la Unión Europea, al tiempo que intenta vendérselo a un país escéptico.
Tras reunir por la mañana a su gobierno para informarles sobre la cumbre europea que la víspera en Bruselas selló el acuerdo de salida de Reino Unido de la UE.
La primera ministra anunció que el 11 de diciembre se realizará la votación del acuerdo sobre el Brexit.
'No hay mejor acuerdo posible', aseguró tras enumerar sus principales puntos ante los diputados, a quienes pidió que lo apoyen en nombre del 'interés nacional' en la próxima votación.
'Podemos respaldar este acuerdo, cumplir con lo votado en el referéndum y comenzar a construir un futuro más brillante'. 'O esta cámara puede optar por rechazar este acuerdo y volver a la casilla de salida' lo que 'abriría la puerta a más división y más incertidumbre', afirmó.