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El gobierno de Theresa May enfrenta una moción de censura el miércoles tras la 'humillante' derrota de su acuerdo de Brexit y, aunque parece que no prosperará, acentúa el caos a solo 72 días de la salida prevista de la UE.

'Una completa humillación', titulaba en portada el diario Daily Telegraph, después de que el martes los diputados infligiesen a May el peor revés parlamentario a un gobierno británico desde 1920.

'May sufre una derrota histórica', coincidían el conservador The Times y el izquierdista The Guardian: 432 diputados -entre ellos 118 de su propio Partido Conservador- votaron contra el acuerdo de Brexit negociado con Bruselas por la jefa de gobierno, que solo logró 202 apoyos.

Muchos políticos británicos habrían dimitido tras una derrota así. Pero no May que, conocida por su tesón, se ha declarado determinada a sacar el país de la Unión Europea cumpliendo con el resultado del referéndum de 2016.

En esta tesitura, el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn no pudo seguir retrasando la presentación de una moción de censura contra el gobierno conservador.

Esta será debatida a partir de las 13h00 (locales y GMT) en la Cámara de los Comunes, que votará a las 19h00.

Pero a pesar de la catástrofe de la víspera, es muy probable que la primera ministra sobreviva al envite.

El pequeño partido unionista norirlandés DUP, de cuyos 10 diputados depende la estrecha mayoría parlamentaria de los Tories, ya anunció que pese a rechazar el acuerdo de Brexit el martes apoyará a May para que pueda volver a Bruselas a negociar.

Y también deberían hacerlo muchos de los rebeldes conservadores que no desean perder el poder en manos de Corbyn si se convocan elecciones legislativas anticipadas.

'Contando los números de los partidos de la oposición, es poco probable que ganemos', reconocía por la mañana la mano derecha del líder laborista, John McDonnell, en declaraciones a la BBC.

Aunque advertía que 'el ambiente en el parlamento en este momento es completamente impredecible'.

'Es obstinada'

Si no es expulsada del poder, May, reforzada al menos de momento por la evidencia de que sus propios diputados rebeldes la quieren en la ardua tarea de sacar al país de la UE, volverá el lunes al parlamento con un plan B, que deberá ser a su vez debatido, enmendado y votado.

'La primera ministra va a hablar con los líderes parlamentarios de toda la Cámara y buscará una vía que cuente con una mayoría', explicó Andrea Leadsome, representante del gobierno ante el parlamento.

'El acuerdo de la primera ministra es bueno. Tenemos que encontrar el modo de que ese acuerdo, o parte de él, o un acuerdo alternativo, eso es negociable, pueda presentarse a la UE para poder llevar a cabo el Brexit el 29 de marzo', agregó.

Pero si May sigue insistiendo en defender su acuerdo, es posible que proeuropeos y euroescépticos se atrincheren también en sus propias posiciones, acentuando el caos en un Parlamento sin apoyo mayoritario para ninguna de las alternativas posibles, desde un segundo referéndum hasta un Brexit duro.

'Dejemos de negociar como si nosotros y la UE estuviésemos en el mismo lado de la mesa. No lo estamos', escribió en el Daily Telegraph el exministro del Brexit Davis David, que dimitió en julio por considerar que May hacía concesiones inaceptables a los otros líderes europeos.

En opinión de Anand Menon, profesor de Política Europea en el King’s College London, la primera ministra 'que es obstinada, volverá al Parlamento y lo intentará de nuevo'.

Sin embargo, 'creo que la magnitud de esta derrota hará que la UE se plantee si merece la pena hacer concesiones, dado el número de diputados a los que tiene que convencer la primera ministra', agrega.

Cada vez más preocupada por las catastróficas consecuencias económicas de un Brexit sin acuerdo, la principal patronal británica, la Confederación de la Industria Británica (CBI), urgió encontrar un nuevo plan 'inmediatamente'.

La canciller alemana Angela Merkel subrayó el miércoles que todavía hay 'tiempo para negociar' y el presidente francés Emmanuel Macron reconoció que 'tal vez se pueden mejorar uno o dos puntos' del acuerdo actual.

Pero solo el presidente de la Unión Europea, Donald Tusk, osó sugerir que Londres puede simplemente dar marcha atrás.

'Si un acuerdo es imposible, y nadie quiere un Brexit sin acuerdo, ¿quién tendrá finalmente el valor de decir cuál es la única solución positiva?', tuiteó.