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Peregrinos franceses pasaron este viernes en velero por el Canal de Panamá, después de atravesar el Atlántico, para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en la que participará el papa Francisco.

A bordo de la embarcación Exultet, los jóvenes cruzaron la esclusa de Miraflores, en el lado Pacífico, pasadas las 22H00 GMT, tras recorrer los 80 kilómetros de la vía interoceánica.

Vestidos con camisetas blancas de rayas azules horizontales y pantalones cortos, los cinco franceses saludaron a viajeros de otras embarcaciones, mientras decenas de personas los observaban desde un mirador.

'Cruzar el Canal es muy lindo, pero debemos armarnos de paciencia. Cruzamos este Canal para ir a la JMJ', dijo en un breve mensaje de texto a la AFP, Aldric, segundo de a bordo.

Atravesar el Atlántico en un velero es 'una locura, pero la fe lo vale', señaló el salvadoreño Manuel Tobar, quien se encontraba con una decena de compatriotas presenciando la escena.

'Cada quien ha hecho locuras para estar acá y la de ellos es subirse a un velero. Es simbólico y emocionante ver tanto joven de tantas partes del mundo venir a encontrarse principalmente con Dios y al mismo tiempo compartir experiencias culturales', añadió Tobar.

Verdadero peregrinaje

La expedición de 17 jóvenes franceses zarpó de su país el pasado 31 de agosto en tres veleros de la Bretaña francesa con destino a Panamá, a donde llegará el papa Francisco el próximo 23 de enero para participar en la JMJ.

Tras hacer escala en España, Marruecos, Cabo Verde y Senegal, los tres veleros atravesaron el Océano Atlántico para llegar el pasado fin de semana a Shelter Bay Marina, en una antigua base estadounidense en el Caribe panameño.

Allí, a la entrada del Canal de Panamá, permanecen dos de las embarcaciones con el resto de la expedición, que cruzarán el Canal en los próximos días.

'Con los tiempos difíciles de cada día en el mar, los jóvenes han hecho un verdadero peregrinaje, ese es el verdadero espíritu de la JMJ', afirmó Vincent Breynaert, director del servicio nacional de juventud y vocaciones de la Conferencia Episcopal francesa.

Tiempo para los pobres

En su bitácora de viaje, los peregrinos narran su contacto con los delfines, las estrellas, la luna, la arena roja, el olor a tierra caliente de algún puerto y los amaneceres en tonos rosado que han presenciado.

También mencionan los mareos que algunos miembros de la tripulación han tenido por el fuerte oleaje, en ocasiones.

Los peregrinos prepararon el viaje durante un año, y en su recorrido realizaron algunas actividades para ayudar a las comunidades locales.

'No solo han viajado, sino que han dedicado tiempo para ayudar a los pobres en las distintas partes del mundo', sostuvo Breynaert.

Estados Unidos inauguró el Canal de Panamá en 1914, pero fueron los franceses quienes en 1880, capitaneados por el conde Ferdinand de Lesseps, iniciaron los trabajos para construir la vía interoceánica.

Enfermedades tropicales como la fiebre amarilla y la malaria mataron a miles de personas, lo que, aunado al despilfarro y la corrupción de la compañía encargada de las obras, acabó con el proyecto.

En 1904 Estados Unidos retomó las obras e inauguró la vía una década después. Desde entonces, más de un millón de barcos han atravesado esta ruta.