Las autoridades culminaron este domingo las labores de búsqueda de víctimas por el estallido el viernes de un ducto de combustible en México mientras era saqueado por cientos de civiles, una tragedia que dejó al menos 79 muertos. El ministro de Salud, Jorge Alcocer, actualizó la cifras de fallecidos en una conferencia de prensa en el Palacio Presidencial en Ciudad de México. 'Se agregan entonces a los 73 ya contabilizados seis más y podemos señalar que 79 mexicanos ha fallecido a consecuencia de esta explosión', dijo. Un censo hospitalario indica que 66 personas continúan internadas tanto en Hidalgo, estado en el que se registró la explosión, como en entidades vecinas, mientras que los casos más graves fueron trasladados a la capital, pues exigen cuidados más complejos, explicó el ministro. 'Hay pacientes graves con quemaduras de mas de 80% (del cuerpo) y que desde luego tienen compromiso en sus tejidos internos, en sus órganos que les prevén un pronóstico reservado', dijo Alcocer. En Tlahuelilpan, la localidad donde ocurrió la explosión, solo se ven soldados del ejército mexicano resguardando el perímetro del desastre. Afirman que las labores de búsqueda terminaron desde la noche del sábado. Los funerales de varios fallecidos han empezado a celebrase, aunque la entrega de cuerpos a los deudos ha sido a cuentagotas porque se están haciendo pruebas de ADN que permitan identificarlos. El fiscal de Hidalgo, Raúl Arroyo, dijo la tarde del sábado que la gravedad de las quemaduras de 54 de los fallecidos ha impedido su identificación, advirtiendo de la necesidad de las pruebas genéticas. En un hogar de la localidad, poco a poco van llegando los deudos de una persona que murió en la explosión, mientras en la calle adyacente una carroza fúnebre traslada a otra víctima. '¡Se va para siempre!', dice una mujer sollozando por César Jiménez, una las personas que perecieron mientras los restos son trasladados a una iglesia para una misa de cuerpo presente, a la que acudieron decenas de allegados y amigos. No 'victimizar' Varios familiares exigieron el sábado la continuación de la búsqueda de cuerpos en el sitio de la explosión y pidieron el regreso de los expertos forenses. En el lugar del desastre ya no hay familiares ni curiosos, solo se ve maleza quemada. El fiscal general de México, Alejandro Gertz, dijo que continúan evaluando hipótesis sobre las causas de la explosión del ducto, perforado por delincuentes que provocaron la salida de un potente chorro de combustible, semejante a un géiser, según imágenes de medios locales. La fuga atrajo a unos 700 pobladores que con baldes y bidones recolectaban la gasolina cuando los sorprendió la explosión. Consultado sobre si los heridos serán considerados sospechosos en la investigación por haber estado saqueando una instalación estatal, Gertz dijo que no van a 'victimizar a las comunidades'.