Personalidades diversas respondieron indignadas este martes desde España a la inédita exigencia del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de que la Corona y la Iglesia católica pidan perdón por los 'agravios' cometidos durante la conquista de América.
'El jefe del Estado, el rey Felipe VI, no tiene que pedir perdón a ningún país, y no va a ocurrir esto', dijo la vicepresidenta del gobierno socialista español, Carmen Calvo.
'Que se disculpe él, que tiene apellidos españoles y vive allí. Si este individuo se cree de verdad lo que dice, es un imbécil. Si no se lo cree, es un sinvergüenza', había lanzado horas antes el escritor Arturo Pérez-Reverte, buen conocedor de México.
En un gesto sin precedentes en la historia reciente de México, López Obrador, nieto de un español, dijo el lunes haber enviado 'una carta al rey de España y otra carta al papa (Francisco), para que se haga un relato de agravios y se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como derechos humanos'.
El mandatario izquierdista tuvo este gesto al cumplirse 500 años de la batalla de Centla, considerada el primer enfrentamiento del conquistador español Hernán Cortés contra pueblos originarios de México, en este caso los mayas-chontales del actual estado de Tabasco, de donde es oriundo López Obrador.
El gobierno español no tardó en anunciar que rechaza 'con toda firmeza' la exigencia de disculpas, y subrayó que 'la llegada, hace quinientos años, de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas'.
La posición del ejecutivo socialista de Pedro Sánchez fue secundada por buena parte de la clase política española.