Venezuela sigue a media máquina. Los masivos apagones acentuados desde el 7 de marzo obligaron al gobierno de Nicolás Maduro a reducir la jornada laboral y suspender clases, además de activar un plan de racionamientos eléctricos durante 30 días.
'El plan de 30 días de administración de carga ya entró en vigencia este domingo 31 de marzo', dijo Maduro durante una cadena obligatoria de radio y televisión, sin precisar cómo funcionará.
La chispa del malestar por los recurrentes apagones se reflejó en manifestaciones dispersas en Caracas, varias de las cuales fueron reprimidas por grupos civiles armados afines al gobierno socialista conocidos como colectivos.
'El gobierno bolivariano ha decidido mantener suspendidas las actividades escolares y se establece una jornada laboral diaria hasta las dos de la tarde en instituciones públicas y privadas', informó más temprano el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, al leer un comunicado oficial.
El texto oficial no precisó por cuánto tiempo se prolongará la reducción de la jornada laboral ni la suspensión de clases, aunque Maduro estimó que las actividades escolares podrían restablecerse 'entre martes o miércoles' de la semana que viene.
La medida se asemeja a las aplicadas durante los años 2016 y 2018 por Maduro aduciendo la reducción del caudal en la hidroeléctrica Guri, que genera 80% de la energía al país, por efectos de la sequía.
El sonido de cacerolas irrumpió en la capital venezolana. Con pitos y banderas, decenas de habitantes salieron espontáneamente a las calles formando pequeñas protestas agobiados por las fallas eléctricas y la severa escasez de agua, pero muchas fueron contenidas por los colectivos.
Previamente, el presidente había dado luz verde a estos grupos de civiles armados para contener las protestas.
'Colectivos paramilitares al servicio de la dictadura de nuevo reprimen las protestas de los sectores populares. Cumplen la orden de Maduro de reprimir las protestas sociales por derechos', denunció la ONG de derechos humanos Provea.
'Colectivos agredieron a mi papá'
Brian Vargas narró que su papá, un comerciante de 62 años, fue atacado por colectivos en la avenida Fuerzas Armadas adyacente al palacio presidencial de Miraflores en el centro de Caracas.
'Los colectivos agredieron a mi papá, le dieron con un tubo y le dispararon a quemarropa, una bala le rozó en la cabeza (...) Los colectivos estaban agrupados con la policía', describió Vargas a la AFP.
Otra joven de 18 años también recibió un disparo en una pierna, 'pero afortunadamente está fuera de peligro', afirmó Vargas.
Luego que un nuevo apagón dejara a oscuras la capital y varios estados la noche del sábado, el ministro de Comunicación reiteró que se trataba de otro sabotaje.
'El gobierno bolivariano se dirige al pueblo de Venezuela y al mundo y denuncia la infame y brutal perpetración de dos ataques programados y sincronizados contra el sistema eléctrico nacional para obstruir de manera criminal y homicida los inmensos esfuerzos del gobierno revolucionario (...) para estabilizar el servicio de energía eléctrica', sostuvo Rodríguez.
Tras sumarse a las protestas, que se replicaron en varios sectores de la capital venezolana, Dina de Ornella clamó ayuda a la comunidad internacional.
'La comunidad internacional que se dedique a nosotros, porque nosotros nos estamos muriendo, la gente se está muriendo en los hospitales, abandonan a los niños en la calle porque no hay alimentos, por favor, ayúdennos, se lo pedimos, por favor', sostuvo.
Noches de insomnio
El opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por unos 50 países, había pedido durante una concentración el sábado salir a protestar cada vez que se produjeran fallas eléctricas y de agua, en severa escasez.
'Señores de la FANB (Fuerza Armada) los ciudadanos protestan porque TODOS, ustedes y sus familias incluidos, estamos sufriendo por culpa del colapso que generó el régimen. Deben protegerlos de los colectivos', escribió este domingo en Twitter.
En opinión de Miguel Lara, gerente de operaciones del sistema eléctrico venezolano hasta 2004, 'esto se veía venir' producto de la corrupción, impericia y falta de mantenimiento al sistema eléctrico.
Para Lara 'el (fenómeno climático) Niño nunca fue un problema para la generación eléctrica y eso quedó en evidencia (...) El que fracasa normalmente lo que tiene son excusas'.
'Llevamos seis noches completas sin luz, estamos como en la era de las cavernas', se quejó Chiquinquirá Bermúdez, habitante de Los Puertos de Altagracia, adyacente a la capital Maracaibo (Zulia).
En la ciudad petrolera, caracterizada por temperaturas sobre los 40 grados, sumaban este domingo 48 horas corridas sin energía eléctrica con algunos períodos de dos horas de servicio diarias desde el lunes.
'Desayuné cereal, almorcé pan y cené pan', dijo a AFP Daniela Pirela, habitante del sector La Pomona de Maracaibo. 'Además nos quedan 15 litros de agua y estamos tratando de rendirlos', remarcó.