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En su nativa Buenaventura, un puerto del Valle del Cauca, ubicado sobre el océano Pacífico, ciudad que está dividida en 12 comunas, de las cuales cuatro pertenecen a la zona insular y ocho a la continental, en el barrio Centro reside la familia Ambuila Chará, que de vivir de manera modesta, sin aspavientos, como una más en este ente portuario donde las necesidades son evidentes en cada esquina, saltó a la fama nacional desde el pasado viernes 29 de marzo debido a la detención del jefe del núcleo familiar, Ómar Ambuila.

Él ejercía desde hacía 27 años el cargo de jefe del Grupo Interno de Trabajo de Control de Carga de la Dian. Llegó inicialmente como contador, con un sueldo de 4 millones 300 mil pesos, el cual le fue incrementado con los pasos de los años y ahora ronda los 10 millones de pesos.

Junto con Ómar fueron detenidos dos más, entre ellos su esposa Elba Chará Gómez, y su hija Jenny Lizeth Ambuila Chará.

El hecho noticioso hubiera pasado como un hecho más en la página Judicial, pero la Fiscalía, tras la detención, informó que también entre los capturados estaba la hija única del matrimonio Ambuila Chará, quien fue dada a conocer con una foto en la que aparece conduciendo nada más y nada menos que un Lamborghini, por sectores exclusivos de Miami. Además de figurar con diversos paquetes de cotizados almacenes, y con fondos de exóticos festivales de música electrónica, ya fuera en los Estados Unidos o en Europa. Todo esto fue hallado en sus redes sociales, no había distancia ni precios que le impidieran asistir a lo que quería. Todo esto lejos a la vida de estrato medio que llevaban sus padres en ‘Mi Buenaventura’, sin ninguna clase de aspavientos.

Ómar tenía como función avalar lo que entraba o no como mercancía por el puerto. Y según la Fiscalía Ambuila y Emilson Moreno Granja, el otro detenido y funcionario del Grupo de Control de Carga de la Dian en Buenaventura, al parecer, dejaban pasar mercancía de contrabando a cambio de millonadas.

Un Lamborghini de $1.000 millones y un Porsche blanco, viajes por todo el mundo, giros millonarios en dólares y boletos a los más importantes certámenes de música electrónica, estudios en prestigiosa universidad de EEUU, todo ello fue subido a las redes por Jenny Lizeth, quien, por lo visto, es una impulsiva por darle a conocer a sus seguidores de todo lo que hace. Y esa afición fue la que, a la postre, puso a las autoridades en alerta. Se organizó un dispositivo, con el apoyo de agencias de los Estados Unidos, se planeó durante más de un año por parte de un equipo especializado contra el Lavado de Activos de la Fiscalía. 'un esquema de corrupción que estaría en cabeza de dos funcionarios de la Dian, quienes habrían permitido el ingreso ilegal de toneladas de mercancías por el mencionado puerto. Ellos ayer no aceptaron los cargos, fueron enviados a la cárcel, mientras que Jenny Lizeth recibió casa por cárcel, pero antes advirtió que el Lamborghini es producto del trabajo como influenciadora.