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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el viernes que considera seriamente canalizar a los inmigrantes ilegales detenidos a las autodeclaradas ciudades santuario, en manos de los demócratas que se oponen a sus duras políticas de inmigración.

El anuncio de Trump en su cuenta de la red Twitter barrió un anuncio anterior de la Casa Blanca de que la idea, criticada como represalia política contra las ciudades encabezadas por demócratas de la oposición, había sido abandonada.

'Debido a que los demócratas no están dispuestos a cambiar nuestras muy peligrosas leyes de inmigración (...) estamos considerando seriamente colocar a los inmigrantes ilegales en las ciudades santuario', escribió Trump. 'La Izquierda Radical siempre parece tener una política de fronteras abiertas, brazos abiertos, ¡así que esto debería hacerlos muy felices!'.

El diario The Washington Post había informado que la Casa Blanca intentó convencer a las autoridades migratorias para que liberaran migrantes indocumentados en las calles de ciudades 'santuario' demócratas, para vengarse de los enemigos políticos del presidente .

Citando fuentes del Departamento de Seguridad Interior y correos electrónicos filtrados, el diario informó el jueves que funcionarios del gobierno abordaron el plan en noviembre, solicitando a funcionarios de varias agencias si los integrantes de una caravana de migrantes podrían ser arrestados en la frontera y luego ser enviados 'a pequeñas y medianas ciudades santuario'.

Las ciudades 'santuario', generalmente gobernadas por demócratas, se han negado a entregar a inmigrantes indocumentados a las autoridades federales para su deportación.

Trump basó su campaña para alcanzar la presidencia en insistir en que Estados Unidos está siendo invadido por inmigrantes y solicitantes de asilo y que ello incide en la entrada de criminales y droga al país.

La Casa Blanca dijo que el plan buscaba aliviar la falta de espacios de detención, pero fue rechazado por la policía migratoria ICE al considerarlo 'inapropiado'; un alto funcionario de la agencia dijo que generaría muchísimas preocupaciones y que imponía asimismo 'riesgos' de relaciones públicas.

El Post luego indicó que un funcionario de la Casa Blanca y un portavoz del Departamento de Seguridad Interior afirmaron que el plan ya no estaba siendo considerado, contradiciendo las afirmaciones de Trump.

Crueldad despreciable

Los opositores, en su mayoría en el Partido Demócrata, dicen que el plan de Trump de impulsar la construcción de nuevos muros en la frontera con México y sus denuncias casi diarias contra los inmigrantes rozan el racismo.

Uno de los centros seleccionados fue el distrito electoral de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, cuya oficina criticó el jueves el plan.

'El alcance del cinismo y la crueldad de este gobierno no puede ser exagerado', dijo la portavoz de Pelosi, Ashley Etienne. 'Usar a los seres humanos, incluidos los niños pequeños, como peones en su juego de guerra para perpetuar el miedo y demonizar a los inmigrantes es despreciable'.

La alcaldesa de San Francisco, London Breed, escribió en Twitter que la ciudad estaba 'orgullosa de ser una ciudad santuario' y que el planteamiento de Trump era 'otra más en la larga lista de tácticas para asustar'.

Bill de Blassio, alcalde de Nueva York, donde hay medio millón de indocumentados, dijo por su parte que la 'crueldad' es una 'constante en la política migratoria' del presidente republicano, que a menudo califica a los migrantes como delincuentes que amenazan la seguridad de Estados Unidos.

'Necesitamos soluciones reales que mantengan nuestros valores, no políticas vergonzosas que demonizan a los inmigrantes y que nunca se harán realidad', señaló por su parte Eric Garcetti, alcalde de Los Ángeles, otra importante ciudad santuario, que consideró la propuesta 'innecesaria y una pérdida de tiempo'.

El número de inmigrantes detenidos y puestos en custodia del ICE se ha acercado a 50.000 en los últimos meses, dijo The Washington Post, un récord histórico que ha afectado el presupuesto de la agencia.

Unos 350 integrantes de una caravana de centroamericanos cruzó de Guatemala a México este viernes, permitiendo el paso después a unas 2.000 personas más que buscan llegar a Estados Unidos.