El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, defendió ayer a rajatabla sus posturas más criticadas en materia de medio ambiente, y negó que en Brasil hubiese personas que pasan hambre, en un encuentro con corresponsales extranjeros convocado para mejorar su imagen internacional.
'Gran parte de la prensa extranjera tiene una imagen totalmente distorsionada de quién soy y de lo que pretendo hacer con nuestras políticas para el futuro de Brasil', dijo Bolsonaro al recibir a los reporteros en un desayuno en el Palacio de Planalto en Brasilia.
'Les he invitado porque entiendo perfectamente la dimensión del envenenamiento que se está haciendo con Brasil', agregó el exmilitar, de 64 años, antes de dejar claro que no intentaría hacer un ejercicio de suavización diplomática de sus posturas.
'Seguiremos en la línea de lo que siempre prometimos durante la campaña electoral', afirmó.