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El viento y el calor complicaron ayer la lucha contra un vasto incendio en el centro de Portugal, contra el que se movilizaron más de 1.700 bomberos, con el apoyo de aviones y helicópteros.

El incendio en la región de Castelo Branco se declaró ayer, y había dejado veinte heridos, ocho bomberos y doce civiles. Uno de los civiles, con graves quemaduras, fue evacuado en helicóptero a Lisboa, 200 kilómetros al sur.

Las fuertes rachas de viento, en medio de una fuerte sequía estival con temperaturas de cerca de 35 ºC, obligaron a las autoridades a añadir centenares de bomberos a la tarea. Cerca de 1.700 luchaban contra las llamas al caer la tarde, apoyados por 480 vehículos y 23 aeronaves, según Protección Civil. La mayoría de efectivos estaban situados cerca de la localidad de Vila de Rei.