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El hallazgo de tres cráneos y otros restos humanos enterrados debajo del baño de una mansión del general Alfredo Stroesner conmociona a Paraguay y las autoridades investigan si corresponden a cuerpos de los más de 400 desaparecidos de la dictadura más larga de Sudamérica.

Conocida como 'la casa de Stroessner' o 'la mansión del horror', la propiedad construida en la década de 1970 se encuentra en Ciudad del Este, en la triple frontera con Brasil y Argentina, y estuvo abandonada durante muchos años, hasta la repentina irrupción de unas 180 familias 'sintecho' que se instalaron en el lugar dos semanas atrás.

'Ellos (los invasores) encontraron tres cráneos, dos fémures, un húmero y varios restos sueltos. Todo lo hemos guardado, rotulado y sellado. Se va en cadena de custodia a Asunción, a la Unidad Especializada de Derechos Humanos', dijo a la AFP Rogelio Goiburú, presidente de la Comisión de la Verdad.

Los restos fueron descubiertos debajo del piso de uno de los baños de la casa y serán sometidos a diversas pruebas de identificación por la Comisión de Verdad, Justicia y Reparación, dependiente del Ministerio de Justicia.

 'Más huesos'

Los ocupantes de la mansión denuncian que habría aún más huesos, pero muchos son de animales, aclaró Goiburú.

'Descubrimos un túnel que está rellenado con escombros. Nos dijeron que tiene como 100 metros de extensión y que termina en una fosa donde hay más huesos', denunció a la AFP Rafael Esquivel, un exfuncionario municipal, portavoz de los ocupantes de la casa.

'Nadie sabe cuántos murieron aquí. En memoria de esos muertos estamos ocupando este lugar', dijo.

El macabro descubrimiento a inicios de septiembre conmocionó al país, 30 años después del fin de la dictadura en la que desaparecieron más de 400 personas. Hasta la actualidad los principales responsables siguen sin ser juzgados, se han encontrado apenas unos 40 cadáveres y sólo cuatro han sido identificados.

'Esta propiedad pertenece legítimamente a los pobres', aseguró Esquivel.

La 'mansión Stroessner' está asentada en un terreno de 30 hectáreas, al pie de un barranco rocoso que da al río Acaray frente al puente Costa Cavalcanti de la carretera que conduce a la hidroeléctrica paraguayo-brasileña Itaipú.

Se trata de una casona semiderruida con visibles marcas de pillaje. La dictadura, que se prolongó de 1954 a 1989, cayó por un cruento golpe militar y el sitio fue abandonado.

Las leyendas sobre fantasmas mantuvieron durante años alejados a los intrusos.

'De noche se escuchan de repente gritos, gemidos de criaturas, de mujeres, llantos, ruidos extraños', refirió Esquivel.