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La policía de Hong Kong reprimió este domingo con granadas lacrimógenas y camiones lanza-agua a los manifestantes prodemocracia, que lanzaron piedras y cócteles molotov contra las fuerzas de seguridad.

Decenas de miles de manifestantes tomaron las calles de la excolonia británica, en los barrios del centro de Hong Kong, Causeway Bay y Central, pese a que la policía prohibió la movilización.

En un espectáculo que empieza a ser habitual al cabo de tres meses de protestas, la manifestación degeneró en enfrentamientos entre policías y grupúsculos radicales, que intentaron ingresar en el complejo que alberga la sede del ejecutivo.

Imágenes de las televisiones locales mostraron a manifestantes rompiendo e incendiando una banderola que celebra el próximo 70º aniversario de la fundación de China comunista. Además, fue quemada una bandera china.

Los manifestantes montaron también barricadas, prendieron fuegos y destrozaron algunas estaciones de metro, antes de batirse en retirada ante los antidisturbios.

 Piden ayuda al Reino Unido

Antes de estas escenas de caos, varios manifestantes se habían congregado en torno al consulado de Gran Bretaña, para pedir a Londres que haga más para proteger a los habitantes de su antigua colonia.

Algunos cantaron el himno británico haciendo ondear la 'Union Jack', así como la bandera de la antigua colonia de Hong Kong.

'Me decepciona que Gran Bretaña no haya hecho nada para apoyarnos', dijo a la AFP Alex Leung, un manifestante

Hong Kong está convulsionado desde hace semanas por enormes manifestaciones, a menudo violentas, en las que se piden mayores libertades democráticas.

El movimiento es el mayor desafío contra el gobierno de China desde que la colonia fue devuelta por Gran Bretaña en 1997.

En virtud de un acuerdo sino-británico firmado en 1984, antes del traspaso de la ciudad a China en 1997, Hong Kong es una región semiautónoma dirigida bajo el principio de 'un país, dos sistemas', por lo que puede mantener sus libertades –desconocidas en el resto de China– hasta 2047.

Pero los manifestantes prodemocracia denuncian principalmente el retroceso de las libertades y la creciente injerencia de Pekín en los asuntos de la región, al rehusarle unas verdaderas elecciones libres.

 'Tratado vinculante'

Este domingo varios manifestantes acusaron a Londres de no pedir suficientes cuentas a China. 'La Declaración común sino-británica es NULA', se podía leer en una pancarta.

Varios manifestantes pedían la posibilidad para los hongkoneses de obtener la nacionalidad británica o de otro país de la Commonwealth.

Centenares de miles de hongkoneses han obtenido, antes o después de la devolución de la excolonia, un pasaporte especial emitido por Londres y reservado a los 'ciudadanos británicos del extranjero' ('British National Overseas', BNO), un título que facilita las entradas en Gran Bretaña pero no da ningún derecho de trabajo o residencia.

'Al menos con la ciudadanía plena y completa, podrían proteger a los hongkoneses frente al gobierno chino ' declaró Anthony Chau, un manifestante titular de un pasaporte BNO.

Unos 130 parlamentarios británicos firmaron esta semana una carta abierta instando a Gran Bretaña y a los países de la Commonwealth a acoger a los hongkoneses que deseen emigrar.

Pekín ha acusado varias veces a esta movilización de estar financiada por capitales extranjeros, señalando a Gran Bretaña y Estados Unidos, aunque sin proporcionar pruebas de ello.

Gran Bretaña, por su parte, esta en una situación difícil. Por un lado, debe preservar su relación con la potencia económica china, en especial en el incierto contexto del Brexit.

Pero, por otro, también ha expresado sus preocupaciones sobre la reciente evolución en su excolonia, y explicó que tiene el deber de velar por el respeto de la Declaración sino-británica.

'La Declaración conjunta es un tratado legalmente vinculante entre Gran Bretaña y China, y es hoy tan vinculante como lo fue cuando fue firmado y ratificado hace más de 30 años', subrayó en junio un portavoz del Foreign Office.

 Apoyo internacional

Los manifestantes hongkoneses han intensificado recientemente sus esfuerzos para sensibilizar a la comunidad internacional y obtener apoyo a su causa de parte de países extranjeros.

El activista Joshua Wong, figura del 'movimiento de los paraguas' de 2014, está actualmente en Estados Unidos, donde urgió el viernes al presidente Donald Trump, a incluir la 'cláusula de derechos humanos' en cualquier acuerdo comercial con China.

Además, el militante de 22 años solicitó el respaldo de Washington para el movimiento democrático de su ciudad. Wong se entrevistó hace algunos días con el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas.