Un vuelco estaría dando la historia protagonizada por Kristine Elizabeth Barnett, Michael Barnett y Natalia, una supuesta joven de 22 años que se habría hecho pasar por una niña de 6, con el fin de ser adoptada.
El caso –que parece sacado de un libreto para una producción de Hollywood, y empezó a ser noticia por estos días en varios medios de todo el mundo– se remonta al año 2010, cuando los Barnett, una pareja radicada en Indiana (EEUU), adoptaron a Natalia, quien es oriunda de Ucrania.
Durante los trámites de adopción, un doctor había determinado que Natalia tenía 6 años; sin embargo, Kristine Elizabeth declaró públicamente que empezó a dudar de la edad de la niña luego de una serie sucesos aparentemente irregulares.
'Le estaba dando el baño y me di cuenta que tenía vello púbico y ya tenía el periodo. Me quedé en shock. Me habían dicho que tenía 6 años y era muy evidente que no tenía esa edad', contó la mujer, quien añadió que, además, la pequeña habría intentado envenenarla con químicos en un café y que hacía comentarios y dibujos alusivos con querer asesinar a su familia.
Según la madre adoptiva, tras esos supuestos comportamientos, Natalia recibió asistencia psiquiátrica y fue sometida a exámenes médicos que comprobaron no solo que padecía de enanismo, debido a una displasia espondiloepifisaria congénita, sino que su verdadera edad era 22.
No obstante –de acuerdo con un artículo publicado por el diario español El Confidencial, que profundizó en el caso, Kristine Elizabeth Barnett y Michael Barnett habrían intentado desacreditar la verdadera edad de la niña para abandonarla y marcharse hacia Canadá.
Los padres, que hoy en día están divorciados, se enfrentan a la justicia estadounidense por abandono infantil, mientras que Natalia Grace Barnett, que actualmente es una adolescente, se trasladó a otro condado y vive con otra familia.
Esta es la línea de tiempo publicada por El Confidencial sobre el caso:
2010
Kristine y Michael Barnett declararon haber adoptado a Natalia en Florida cuando la niña contaba seis años. Antes había pasado por otras dos familias de acogida pero, por razones no especificadas, acabó en manos de los Barnett, que se la llevaron a vivir a Indiana en una adopción exprés, realizada en apenas 24 horas.
'Como sentía compasión por su situación, no quise presionarles para que me dieran información sobre qué había ido mal', dijo Kristine Barnett al diario inglés. Hoy, su versión es que aquella adopción era una estafa: la niña no era quien le dijeron que era.