Compartir:

La familia barranquillera Casares Espinosa vive hace 10 años en la parroquia (así le llaman en Ecuador a los municipios) Calderón, ubicada en la región de Pichincha a unos 10 kilómetros de Quito, y dicen que están encerrados en su vivienda por las marchas y protestas de los indígenas en Quito. 

'En esta semana no he podido ir a trabajar a Quito. Ya recibí la orden de mis jefes que tengo que esperar si el martes podré ir. El transporte está difícil por los bloqueos y las protestas indígenas', cuenta Otálvaro Casares Martínez desde la azotea de su vivienda ubicada entre las calles de las Begonias y de las Dalias en diálogo con El HERALDO.  

A Ecuador Otálvaro Casares llegó procedente del barrio Las Moras en Soledad con su esposa y tres hijos hace una década. Una propuesta laboral de una empresa colombiana que se estableció en Quito lo llevó a la ciudad andina. Hoy, con cédula ecuatoriana, Casares cuenta que trabaja como electricista y después de vivir un paro de policías en Ecuador en 2009, dice que las marchas indígenas solo las ha visto de lejos.

'Soy extranjero y no puedo involucrarme. Me presenté este sábado al trabajo y tuve que irme en un transporte que me cobró hasta 40 centavos de dólar. Más costoso que lo que pagaba antes de la decisión de Gobierno de quitar los subsidios: 25 centavos. Para llegar a la empresa me tocó caminar unos 3 kilómetros y eludiendo los bloqueos, las quemas de llantas. Cuando llegué el vigilante me dijo que no abrieron la empresa hasta nueva orden'.

'ESTAMOS PREOCUPADOS'

Edthy Pinchao cuenta que tras el toque de queda están preocupados por la escasez de alimentos que en el mercado de su localidad se está presentando.

En diálogo con El HERALDO, la mujer casada con un barranquillero contó que esta mañana los alimentos subieron de precio. 

Las verduras que antes compraba a 25 centavos de dólar, ayer las adquirió a 50 centavos, la lechuga pasó de 50 centavos de dólar a 75 centavos de dólar. 

'Los indígenas son los que producen lo que comemos en Ecuador, y están protestando. Esto me preocupa. La gente está aprovisionándose de alimentos porque no sé sabe qué pasará. Por primera vez estoy viviendo estas marchas y por lo que uno ve en internet y redes sociales después de 10 días me preocupa. Todos estamos preocupados', dijo Pinchao mientras preparaba unos alimentos en su vivienda ubicada entre las calles de las Begonias y de las Dalias.