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Reino Unido y la Unión Europea (UE) anunciaron este jueves un 'excelente' y 'equilibrado' acuerdo sobre el Brexit, que ya generó rechazo entre los diputados británicos, antes de una cumbre crucial de mandatarios para alejar el temido divorcio a las bravas el 31 de octubre.

'Cuando hay voluntad, hay un acuerdo. ¡Tenemos uno! Es un acuerdo justo y equilibrado para la UE y Reino Unido (...) Recomiendo al Consejo Europeo que respalde este acuerdo', anunció el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, poco antes del mediodía (10H00 GMT).

Desde Londres, el primer ministro británico, Boris Johnson, celebró un 'excelente nuevo acuerdo que retoma el control', en referencia a las promesas de los partidarios de salir de la UE en el referéndum de junio de 2016 sobre tomar el control de sus leyes y política comercial.

Sin embargo, el fantasma del rechazo del pacto por el Parlamento británico, como ya ocurrió con el precedente acuerdo cerrado en noviembre por la entonces primera ministra británica Theresa May, reaparece con la oposición de aliados y rivales de Johnson.

El laborista Jeremy Corbyn, líder del primer partido de la oposición, llamó rápidamente a 'rechazar' el nuevo acuerdo, al considerar que 'la mejor forma de resolver el Brexit es darle a la población la última palabra a través de un voto popular'.

Los aliados parlamentarios de Johnson, los unionistas noirlandeses del DUP, mantenían su oposición expresada durante la mañana, según una fuente interna, al temer que la provincia de Irlanda del Norte quede aislada del resto de Reino Unido, en la isla de Gran Bretaña.

Más de dos años después del inicio de las negociaciones, Londres y Bruselas buscaban cómo garantizar un intercambio fluido de bienes entre Irlanda, país de la UE, y la provincia británica de Irlanda del Norte, sin necesitar la reintroducción de una frontera física.

El objetivo es proteger el acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998, que puso fin a décadas de conflicto sangriento en Irlanda del Norte entre unionistas protestantes y republicanos católicos, y proteger el mercado único europeo de una competencia desleal de su todavía socio.

Para lograr ese objetivo, Johnson abandonó la idea de su predecesora de mantener a todo Reino Unido en una unión aduanera con la UE tras el Brexit mientras se lograba una solución mejor en el marco de un acuerdo de libre comercio durante el período de transición.

El nuevo plan prevé que Irlanda del Norte siga respetando las reglas del mercado único europeo. Respecto a las aduanas, esta provincia británica seguirá vinculada a Reino Unido, pero al mismo tiempo se evitarán controles aduaneros dentro de la isla de Irlanda.

El negociador europeo, Michel Barnier, defendió este sistema 'excepcional' por la 'situación única' de Irlanda del Norte, cuya asamblea autónoma podrá pronunciarse cada cuatro años sobre si continúa con el respeto de las reglas europeas.

El nuevo plan le permitiría a Johnson recuperar su libertad para cerrar acuerdos comerciales con terceros países, que en la unión aduanera europea corresponde a la Comisión Europea, en lugar de abogar por permanecer cerca de la UE como May, explicó una fuente diplomática.

 Ratificación exprés

De conseguir el visto bueno de los mandatarios, el tiempo apremia para ratificar un eventual acuerdo tanto por el Parlamento británico como por la Eurocámara, a dos semanas del Brexit, previsto el 31 de octubre.

Londres, que tenía hasta el sábado para lograr un acuerdo o de lo contrario pedir una nueva prórroga, deberá convencer ahora a su Parlamento británico, que debería pronunciarse el sábado en un voto orientativo, de aprobar este pacto.

Ante un nuevo escenario de bloqueo y aunque Johnson se muestra reticiente a una tercera prórroga del Brexit, la UE no lo descarta en caso de que el nuevo pacto afronte escollos y prevé incluso una nueva cumbre antes del 31 de octubre.