Los argentinos eligen este domingo presidente entre modelos antagónicos para un gobierno de cuatro años que tendrá el desafío de superar la peor crisis económica en 17 años, con un mercado crispado y una deuda millonaria, y en un clima de agitación política y social en la región.
El presidente liberal Mauricio Macri aspira a ser reelecto, para lo cual debe revertir el resultado de las primarias del 11 de agosto, en las que quedó segundo con 32,93% de los votos, a casi 17 puntos del opositor Alberto Fernández (49,49%), un peronista de centro-izquierda que integra una fórmula con la expresidenta Cristina Kirchner (2007-2015).
La diferencia a favor de Fernández se fue ampliando desde las primarias, según sondeos.
'Renace la Esperanza (...) Cristina y Alberto representan eso', dijo Jose Murad, educador de 44 años, en el acto de cierre de campaña de Fernández en Mar del Plata.
En un país en recesión hace más de un año, con alta inflación (37,7% a septiembre) y aumento de la pobreza (35,4%) y con los mercados en ebullición, las miradas están puestas en lo que sucederá el lunes, luego de que se conozca el resultado electoral.
De confirmarse en las urnas los pronósticos, Fernández podría ganar en primera vuelta, ya que le alcanza con obtener más del 45% de los votos o más del 40% y superar en más de diez puntos al segundo más votado.
Dilemas argentinos
Quienquiera que resulte electo, gobernará en un país dividido. Para muchos argentinos un eventual retorno del peronismo kirchnerista es una catástrofe. 'Creo en Mauricio, le hace falta tiempo para cambiar esto. Y por supuesto los Fernández, ni pensarlo. Ya demostraron lo que hacen', comentó Alejandro Arguello, un jubilado de 53 años, en el acto de cierre de campaña del presidente en Córdoba.
Dando por seguro su triunfo, Fernández declaró: 'Que los argentinos estén tranquilos, vamos a respetar sus depósitos en dólares'.
Aludía así al fantasma del 'corralito' durante la crisis del año 2001, cuando se retuvieron los depósitos bancarios y luego se pesificaron los que eran en dólares.
Con décadas de inflación y devaluaciones cíclicas, los argentinos están acostumbrados a refugiarse en el dólar como forma de ahorro por lo que los controles de cambio y de capitales los ponen en alerta.
La moneda argentina se depreció 70% desde enero de 2018. En los días previos a los comicios se recalientan los mercados y el tipo de cambio supera 63 pesos por dólar.
A mediados de 2018, en medio de una corrida cambiaria, Macri acudió al Fondo Monetario Internacional que le otorgó un auxilio financiero de 57.000 millones de dólares a tres años, a cambio de un programa de fuerte ajuste fiscal, que le jugó en contra al presidente a la hora de la votación.
Aún falta la liberación de 13.000 millones, pero el FMI espera el resultado electoral para negociar con quien salga electo.
La consultora Capital Economics da por hecho un triunfo de Fernández, pero sus pronósticos son negativos. 'Aunque la postura económica de Fernández sigue sin estar clara, creemos que su mandato estará marcado por una política fiscal menos agresiva (que la de Macri), persistencia de alta inflación (entre 40% y 50% anual), más devaluación, otro año de recesión en 2020 y una gran reestructuración de deuda'.
¿Sí se puede?
En campaña, Fernández planteó una tregua de 180 días a los sindicatos y movimientos sociales para hacer despegar la industria y retomar el crecimiento económico.
Del otro lado, Macri bajo el lema 'Sí, se puede' pide un voto de confianza para continuar en la línea de austeridad, que, sostiene, debe rendir frutos muy pronto.
'Que las dificultades no les hagan dudar de todas las cosas que ya logramos, de cómo queremos vivir, no dejen que los hagan abandonar nuestros sueños', dijo Macri el miércoles, envalentonado luego de juntar una multitud el sábado en un acto en el centro de Buenos Aires.
Con las preferencias acaparadas por Fernández y Macri, esta primera vuelta, a la que están convocados 34 millones de argentinos, luce prácticamente como un balotaje. Los otros cuatro candidatos no llegan a sumar 15% en total, siendo el mejor posicionado el exministro de Economía Roberto Lavagna.
En estos comicios también se renueva la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, además de elegir el gobernador de la provincia de Buenos Aires y el alcalde de la capital.
Si las encuestas se equivocan y ninguno de los candidatos supera el 45%, el nuevo gobierno será elegido en una segunda vuelta electoral el 24 de noviembre.
Argentina acude a esta elección en momentos de crispación y descontento en la región, con protestas y disturbios violentos en Chile, Bolivia, Haití y Ecuador.