El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció ayuda a México este martes para enfrentar a los cárteles de la droga, tras un ataque a una familia mormona méxico-estadounidense que dejó un saldo de nueve fallecidos: tres mujeres y seis niños.
Autoridades mexicanas confirmaron que el ataque del lunes contra integrantes de la familia LeBarón, un grupo de mormones con doble nacionalidad asentado desde hace generaciones en el norte de México, ocurrió en los límites de los estados de Sonora y Chihuahua, fronterizos con Estados Unidos, zona montañosa donde actúan bandas criminales.
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'Este es el momento para que México, con la ayuda de EEUU, le declare la guerra a los cárteles de la droga y los borre de la faz de la Tierra. ¡Simplemente esperamos una llamada de su nuevo gran presidente!', escribió Trump en Twitter.
La guerra es peor
Pero durante su conferencia de prensa diaria, el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, descartó que su gobierno busque una guerra contra criminales.
'En eso no coincidimos, los que tienen esa manera de pensar, se les respeta (...) lo peor que puede haber es la guerra (...) La guerra es sinónimo de irracionalidad', dijo.
Lo que sí demandó López Obrador es cooperación para reducir el trasiego de armamentos 'porque la mayor parte de las armas que entran a México de alto calibre provienen en un 75%' de Estados Unidos.
El presidente mexicano informó por otro lado en Twitter que habló por teléfono con Trump para dar el pésame a los deudos de la familia LeBarón en Estados Unidos.
La Casa Blanca informó que en esa llamada Trump abordó el 'creciente comportamiento violento' de los grupos criminales que operan en la zona fronteriza.
'El presidente Trump dejó en claro que Estados Unidos condena estos actos de violencia sin sentido que se cobraron la vida de nueve ciudadanos estadounidenses y ofreció asistencia para garantizar que los perpetradores enfrenten a la justicia', dijo el portavoz Hogan Gidley en un comunicado.
Ataque con saña
El secretario de seguridad mexicano, Alfonso Durazo, informó que además de las tres mujeres y seis niños muertos, la agresión también dejó seis niños heridos, dos de ellos de gravedad.
Julián LeBarón, uno de los jefes de la comunidad y quien denunció el ataque el lunes, dijo a Radio Fórmula que una niña de ocho años que estaba desaparecida fue localizada ilesa a unos kilómetros del sitio del ataque.
Según Durazo, el ataque pudo ser el resultado de 'una confusión' de grupos delictivos que se disputan el control de la región.
Pero LeBarón dijo que tras la reconstrucción de los hechos están convencidos de que fue un ataque directo contra las mujeres, que viajaban conduciendo cada una de ellas una camioneta con niños a bordo.
En el sitio de la masacre, el Rancho las Moras, en Bavispe, Sonora, miembros de la comunidad mormona observaban desolados los restos calcinados de una de las camionetas mientras que en otras dos se veían restos de sangre y vidrios y puertas destruidos por las balas.
En el vehículo calcinado fueron encontrados los restos de una mujer y cuatro niños pequeños, dos de ellos gemelos de menos de un año.
'Le abrieron fuego en cuanto (la camioneta) empezó a subir el cerro (...) suponemos que después de dispararles fueron a quemarlos', relató LeBarón, cuya familia suma unas 5.000 personas.
Otra de las mujeres atacadas 'salió del vehículo y levantó los brazos y le dispararon a quemarropa', añadió con voz consternada LeBarón.
El cuerpo de la tercera mujer fue localizado dentro de la camioneta y bajo su regazo su hija de tres meses, que logró ser rescatada con vida.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, estuvo en la tarde en la zona para coordinar las primeras investigaciones. 'Cualquiera que sea el motivo es una atrocidad, es una cosa que México no puede permitir', dijo a la prensa.
Según autoridades, en la zona opera un subgrupo del cártel de Sinaloa, llamado Los Jaguares, que se disputa el territorio con otra célula criminal apoyado por carteles como el Jalisco Nueva Generación o La Línea.
Los LeBarón son parte de una comunidad de mormones acogida por México a finales del siglo XIX tras ser perseguidos en Estados Unidos por su tradiciones, en especial la poligamia.
Con el recrudecimiento de la violencia ligada al narcotráfico en la década pasada, estas comunidades se vieron afectadas y Benjamín LeBarón, hermano de Julián, se convirtió en un activista al formar la organización SOS Chihuahua que denunciaba grupos criminales.
Benjamín fue asesinado por un comando armado junto con su cuñado en julio de 2009 tras encabezar manifestaciones por el secuestro de su hermano de 16 años. Los mormones se negaron a pagar el rescate y el joven LeBarón fue finalmente liberado.