El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, temeroso de perder votos, renunció aparentemente a su promesa de prohibir los cigarrillos electrónicos aromatizados, informaron medios estadounidenses.
'Aplaudimos al presidente por el que parece un movimiento en la dirección correcta para los fumadores adultos y sus familias', dijo el lunes Tony Abboud, director de la Vapor Technology Association, el lobby de la industria de los cigarrillos electrónicos.
El pasado 4 de noviembre, durante un vuelo hacia un mitin en el estado de Kentucky, Trump había justificado la decisión de no prohibir los cuestionados vaporizadores porque la medida podía amenazar un gran número de fuentes de trabajo.
Un tiempo antes, sin embargo, había declarado su preocupación por el tema en la Oficina Oval, el 11 de septiembre. 'No podemos dejar que la gente enferme, y no podemos dejar que nuestros jóvenes se vean tan afectados', dijo.
Desde que se constató la epidemia de afecciones respiratorias vinculadas a los cigarrillos electrónicos, más de 2.000 personas se han enfermado y 42 han muerto.
Las palabras de Trump en la Casa Blanca se tradujeron en un anuncio, por parte del secretario de salud, Alex Azar, de una prohibición de todos los aromas a excepción del gusto a tabaco.
El objetivo era evitar el 'vapeo', como se conoce al hábito de utilizar cigarrillos electrónicos, entre los jóvenes, que consumen casi exclusivamente cartuchos aromatizados con sabores a menta o frutales.
Unos 3,6 millones de estudiantes de secundaria usaron productos de vapeo en Estados Unidos en 2018, un aumento de 1,5 millones respecto al año anterior
Pero el anunció disparó una intensa campaña de cabildeo de la industria que, según los periódicos estadounidenses, determinó el cambio de postura de Trump.
'El presidente Trump y esta administración están comprometidos con la protección responsable de la salud de los niños. En este momento estamos en un proceso en curso de regulación, y no especularé sobre el resultado final', dijo a la AFP Judd Deere, un portavoz de la Casa Blanca.
La Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA), agencia federal que regula el mercado del tabaco, no realizó comentarios. Un portavoz de esa agencia dijo a la AFP que 'no tenía ninguna información para compartir'.