Laurent Simons no encontrará sólo Legos o historietas al pie del árbol navideño este año. Este pequeño superdotado belga, de sólo nueve años, está a punto de obtener su licenciatura en ingeniería eléctrica de la universidad de Eindhoven.
Con su mechón de pelo que le cae delante de los ojos, su suéter de cuello alto, sus jeans y sus zapatillas, Laurent tiene el aspecto de todos los chicos de su edad.
Pero sus compañeros más leales son su computadora portátil y un gran libro sobre chips electrónicos y otros circuitos integrados, 'galimatías' para sus padres, que admiten 'no entender nada sobre eso'.
Laurent está a punto de graduarse a finales de diciembre, después de sólo nueve meses de estudios, en lugar de los tres años habituales. Para el niño, que ama el kárting, jugar con su perro y ver series de televisión, graduarse a su edad es bastante 'normal'.
El chico superdotado sueña con ser 'investigador'. Su objetivo, explica, es 'fabricar órganos artificiales para poder prolongar la vida' y ayudar a los pacientes cardíacos, como sus abuelos. 'Todavía tengo que ver cómo hacerlo. Ya he empezado un poco', explica.