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Uruguay, un país de 3,4 millones de habitantes conocido por la solidez de su democracia, sus cracks de fútbol y su bebida típica, el mate, elegirá hoy en un balotaje a su próximo presidente. 

A principios del siglo XX, José Batlle y Ordóñez (Partido Colorado, liberal) llevó adelante en dos administraciones (1903-1907 y 1911-1915) uno de los primeros experimentos de socialdemocracia a escala de un país en el mundo.

Uruguay se convirtió entonces en pionero en América Latina en derechos humanos y sociales.

Abolió la pena de muerte en 1907, autorizó el divorcio por sola voluntad de la mujer en 1913, estableció la jornada laboral de ocho horas en 1915 y aprobó el voto para la mujer en 1927.

En Uruguay, donde 47% de la población se declara católica, la Iglesia está separada del Estado desde 1912.

Bajo el primer gobierno del Frente Amplio (FA, izquierda), Uruguay se convirtió en 2006 en el primer país de América Latina y el quinto en el mundo en prohibir fumar en espacios públicos.

El aborto está despenalizado desde 2012, aunque había sido legal durante un breve lapso, entre 1934 y 1935.

En 2013 se aprobó el matrimonio igualitario, que habilita la unión civil entre personas del mismo sexo. En el mismo año, se legalizó la producción de marihuana con fines recreativos mediante varios mecanismos, uno de ellos la venta en farmacias de cannabis producido por privados bajo control del Estado.