Estados Unidos abogó el jueves por un diálogo en Venezuela para formar un gobierno de transición que convoque a elecciones generales antes de fin de año, pero negó que eso suponga un cambio de política para superar la crisis desatada tras las reelección de Nicolás Maduro.
Washington, que considera un fraude el segundo mandato de Maduro iniciado hace un año, no se ha opuesto a conversaciones pasadas. Pero ha sostenido firmemente que deberían empezar por discutir la salida de Maduro, un izquierdista alineado con Cuba y respaldado por Rusia y China.
Ahora, casi un año después de reconocer como presidente interino de Venezuela al jefe parlamentario y líder opositor Juan Guaidó, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, mostró una mayor apertura a la diplomacia.
'Una rápida transición negociada hacia la democracia es la ruta más efectiva y sostenible hacia la paz y la prosperidad en Venezuela', dijo en un comunicado.
'Las negociaciones podrían abrir el camino para salir de la crisis a través de un gobierno de transición que organizará elecciones libres y justas', agregó.
'Una buena estrategia'
El presidente Donald Trump negó un giro de su gobierno en relación a Venezuela. 'Tenemos una buena estrategia', dijo a periodistas en la Casa Blanca. 'Creo que estamos haciendo un buen trabajo', agregó.
Estados Unidos fue el primero en apoyar en enero de 2019 a Guaidó cuando, en su condición de jefe parlamentario, invocó facultades constitucionales y se declaró presidente encargado tras desconocer la legitimidad de Maduro.
Más de 50 países respaldan actualmente al dirigente en su objetivo de encabezar un gobierno de transición y llamar a nuevos comicios.
Pero a pesar de sus esfuerzos y del decidido apoyo de Estados Unidos, que ha impuesto una batería de sanciones económicas para forzar un cambio de régimen en Venezuela, Maduro sigue en el poder.
El domingo pasado, Guaidó fue ratificado como jefe de la Asamblea Nacional en una votación que debió realizarse en la sede de un periódico al serle impedido el ingreso al Palacio Legislativo por fuerzas de seguridad leales a Maduro. Mientras, el legislador opositor Luis Parra apoyado por el partido oficialista afirmaba haber ganado el cargo.
El martes, Guiadó volvió a jurar como 'presidente encargado'.
'La política de Estados Unidos hacia Venezuela se ha mantenido consistente', dijo a AFP un portavoz del Departamento de Estado.
'Las acciones de Maduro el 5 de enero demostraron sin lugar a dudas que es incapaz de supervisar elecciones libres y justas', agregó, en alusión al día en que las fuerzas de seguridad venezolanas impidieron a Guaidó ingresar al Parlamento, mientras se realizaba una sesión sin cuórum en la que Parra se autoproclamaba presidente del Parlamento.
Antes de fin de año
En su declaración, Pompeo llamó a celebrar comicios presidenciales y legislativos antes de fin de año.
'2020 presenta la oportunidad de otorgar al pueblo venezolano lo que ha estado exigiendo por años: elecciones presidenciales y de la Asamblea Nacional genuinamente libres y justas para elegir a sus líderes y comenzar el largo proceso de renovación', dijo.
En una hoja de ruta, Pompeo dijo que el gobierno de transición debe supervisar las elecciones, que tienen que ser dirigidas por 'autoridades electorales independientes' y 'deben estar abiertas a todos los partidos y candidatos'.
Maduro, en el poder desde 2013, renovó su mandato en mayo de 2018 en una votación que despertó amplios cuestionamientos internacionales. Los nuevos comicios presidenciales serían recién en 2024.
Pero las elecciones legislativas de la unicameral Asamblea Nacional, único cuerpo controlado por la oposición en el país caribeño y cuyos miembros fueron elegidos democráticamente en 2015, deberían celebrarse este 2020.
Noruega ha mediado conversaciones entre representantes de Maduro y Guaidó, pero las reuniones se interrumpieron en agosto. Maduro sostuvo luego discusiones con partidos marginales de oposición, que Guaidó y las potencias occidentales no consideraron lo suficientemente inclusivos para ser relevantes.