La batalla por el histórico juicio de destitución de Donald Trump se inició dos días antes de la apertura de los debates en el Senado, con los primeros intercambios entre republicanos y demócratas en los medios estadounidenses ayer.
Los argumentos utilizados entregaron una muestra temprana del drama histórico que se desarrollará en las próximas semanas.
Desde mañana, la Cámara se reunirá durante seis horas al días, por seis días a la semana para llevar a cabo el tercer juicio político de un presidente estadounidense.
Será un 'ejercicio agotador', dijo el senador republicano John Cornyn en CBS.
El famoso abogado Alan Dershowitz, una reciente incorporación al equipo legal de Trump, argumentó ayer que incluso si todos los cargos enviados por la Cámara de Representantes al Senado para el juicio del presidente fueran verdaderos, no alcanzan el nivel de un comportamiento digno de la destitución.
'El voto (de la Cámara) fue para acusar de abuso de poder, que no está dentro de los criterios constitucionales para un juicio político, y de obstrucción a la justicia', dijo Dershowitz, profesor emérito de derecho de Harvard, en ABC.
Otro fiscal del juicio político, Jerry Nadler, dijo que el argumento de Dershowitz era un 'puro disparate'.
La Cámara de Representantes acusó a Trump de haber abusado de su cargo para presionar a Ucrania a buscar información perjudicial del candidato presidencial demócrata Joe Biden, al retener ayuda militar y condicionando una reunión en la Casa Blanca con el presidente ucraniano.
Las dos partes han estado discutiendo públicamente sobre si el juicio se llevará a cabo de manera rápida, tal vez en tan solo dos semanas -algo que Trump claramente prefiere- o si se podrá llamar a testigos y presentar nuevas pruebas, algo que los demócratas exigen para un proceso pleno y justo.
El presidente dijo que le gustaría que el Senado descarte casi de inmediato los cargos, pero el senador republicano Lindsey Graham, un cercano de Trump, dijo a Fox News: 'No tenemos los votos para eso'.
Lejos de acalorarse, Trump, estará en Davos, una elegante estación de esquí suiza, cuando el Senado escuche los argumentos iniciales en su juicio político. Está tan seguro de que la mayoría de su Partido Republicano lo respaldará que no ve ningún riesgo en viajar a Suiza para el Foro Económico Mundial anual que comienza mañana, justo cuando los legisladores se reúnen para el histórico proceso.